Para un periodista especializado en fútbol no hay experiencia más deseada que estar en un Mundial. Después de aplicarse nueve vacunas Diego Korol y un equipo de compañeros viajaron a Nigeria en el marco de un Mundial Juvenil de fútbol para seguir a un gran equipo argentino que era promesa.
Luego de cubrir un partido y de concretar varias notas hubo una desinteligencia y el material generado quedó sin enviarse a la Argentina, a menos que ellos lo llevaran hasta la ciudad que tenía la tecnología adecuada para hacerlo llegar. El problema es que ese traslado debía ser de noche, el embajador argentino les advirtió que no lo hagan pero no le hicieron caso.
Durante el trayecto, el conductor que hasta ese momento no había pronunciado palabra vio fuego en medio de la ruta y dijo “Oh oh”. La camioneta frenó y se subió un hombre armado con una escopeta, mientras otro desde abajo les apuntaba.
“Miró la credencial y le dije que yo soy Diego Armando”. La confusión general les hizo creer a los hombres armados que Korol era Maradona y gracias a eso pudieron continuar sin daños a entregar una nota que jamás salió al aire.
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