Cecilia Ousset es una médica tucumana católica que publicó una carta a través de la cual dio a conocer su postura a favor de la legalización del aborto. El texto ya fue compartido más de 50 mil veces y acumula miles de comentarios en la red social Facebook.
Ousset tiene 42 años, vive en la localidad de Yerba Buena, es especialista en tocoginecología y actualmente trabaja de forma privada, aunque en el escrito que se viralizó en las redes, bajo el título “No soy neutral”, explicó que sus comienzos en la medicina fue en un hospital público. De aquellos años, sus recuerdos están empañados por el dolor y el arrepentimiento. Imborrables son aquellas escenas que le tocó vivir cuando atendía mujeres que llegaban a la guardia luego de realizarse abortos clandestinos. Se los hacían con perejil, agujas de tejer o pastillas que dejaban a muchas de ellas al borde de la muerte, por la propia clandestinidad, en una situación de desprotección y vulnerabilidad.
En la carta la médica relató su experiencia y enumeró los motivos que la llevaron a cambiar su postura a favor de la legalización del aborto, pese a profesar el catolicismo y nunca haber realizado ni tampoco practicado un aborto a lo largo de toda su carrera. “Nunca estuve y tal vez no estaré de acuerdo con el aborto en sí, es por esa razón que nunca me hice un aborto y tampoco se lo hice a nadie; a pesar de conocer la técnica perfectamente y ser muy buena en la realización de legrados”, explicó.
A lo largo del escrito, Ousset contó que muchas veces debió realizar legrados -la intervención que consiste en el raspado de las paredes interiores del útero- para terminar abortos clandestinos. “Vi morir mujeres que pasaron lamentablemente sus últimos minutos lúcidas conmigo y una policía preguntándole quién le había realizado el aborto porque era un delito”, sostuvo y luego relató su experiencia al trabajar en una clínica privada y ver de cerca muchas desigualdades.
Tras la repercusión que tuvo el escrito, la médica habló con telefenoticias.com.ar y se mostró sorprendida por el alcance de su texto, sostuvo: “Fui educada en una creencia católica desde jardín de infantes hasta quinto año del colegio. Hasta que vi la realidad que se vivía en el hospital público y la que se vive en la parte privada. Había algo que resonaba en mi interior y que no me permitía estar cómoda”, expresó. Luego aseguró que fue el debate mismo sobre el aborto lo que la llevó a expresar de forma pública su pensamiento, motivado además por la necesidad de defender a sus hijos.
Es que según contó, dos de sus cuatro hijos son adolescentes y su postura a favor de la despenalización del aborto en la escuela católica a la que asisten no fue bien vista. Por eso, la médica sintió la necesidad de tomar cartas en el asunto. “Al principio no sabía si publicarlo, el motor que tuve fue defender y acompañar a mis hijos que son adolescentes y al expresar su pensamiento se han sentido atacados”, expresó.
Era el año 2000 cuando Cecilia Ousset trabajaba en un hospital público y no había educación sexual, ni tampoco se entregaban anticonceptivos como ahora. “Las épocas de crisis de la Argentina acrecientan en la gente humilde la necesidad de no tener hijos. Las mujeres que llegaban al hospital eran cosificadas y maltratadas. Es lo que sucede también hoy, la mujer que aborta es expuesta y al ser ilegal se le inicia un prontuario policial”.
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Al explicar qué fue lo que la llevó a escribir el texto, la médica señaló que sintió la necesidad de explicar cuál era su sentir. “Estoy en la trinchera y me siento con autoridad para decirlo. Estuve con la gente totalmente destrozada y la juzgué. Me arrepiento, me da vergüenza de haber pensado así. De haber juzgado esa desesperación”. Luego, agregó: "El problema para los médicos es ser estigmatizados o tildados como que no estamos a favor de la vida y es toda lo contrario. Nos encontramos con la vida y la muerte todo el tiempo".
A diferencia del hospital público, en el ámbito privado muchas mujeres se practican abortos de forma “segura”, con especialistas que les entregan medicamentos, anestesia y realizan el procedimiento antes de las 12 semanas. Sin embargo, cuando una mujer se somete a un aborto de forma clandestina, la situación es completamente distinta. “Las cosas que suceden son espantosas, muchas mujeres mueren infectadas o desangradas. Esto sigue sucediendo y no podemos seguir siendo ciegos”.
Ousset contó que decidió expresar su posición luego de la manifestación del Colegio Médico de Tucumán contra el aborto. Sobre ello dijo que habló con otros colegas, con quienes no se sintieron representados con la posición de la institución. “A favor de la vida es legalizar el aborto”, expresó la médica, que piensa que luego de la publicación de su texto es muy probable que pierda pacientes, pero sin embargo, dice no le importa. “Quería ser, por mis hijos, menos hipócrita”.
"ES UN TEMA DE SALUD PÚBLICA, NO DE RELIGIÓN"
Para la profesional, ninguna religión tiene derecho a imponer sus creencias por sobre la salud de una persona. “Esto es un tema de salud pública, no de creencias, no tiene que ver con la religión. La mujer que aborta, aborta. No le importa nada, la que queda viva para arrepentirse es la que tiene plata", apuntó. "La mujer pobre muere o queda con un prontuario, secuelas, no puede tener hijos”.
Por último, expresó que se sintió "liberada y fortalecida en su conciencia", tras visibilizar su opinión. Y concluyó: “La legalización del aborto no es sinónimo de realizar o hacerse un aborto. Es legislarlo, dar las condiciones de seguridad, con psicólogos, médicos y enfermeros. Puede ser una estructura muy bien armada e incluso disminuiría la cantidad de abortos. Hay veces que las mujeres lo hacen en el mutismo y tabú sin hablar con nadie, sin contención previa. Se habla en abstracto y no con la realidad”.
LA CARTA QUE SE VIRALIZÓ EN LAS REDES
"La discusión en el Congreso de la Nación es si esta sociedad desea que entre las mujeres que indefectiblemente se van a practicar un aborto, se puedan lograr las mismas seguridades clínicas para hacerlo. Para que las pobres no sean mujeres de segunda o tercera categoría. Para que las pobres también sigan vivas para arrepentirse, confesarse, tener un hijo con una pareja continente o en una mejor situación económica o emocional. Para que la sociedad sea menos hipócrita y haya en la realidad de la muerte, un poco más de amor"
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