Por Reynaldo Sietecase.
El 26 de abril de 1991, una noticia conmovió al mundo del fútbol. En un pequeño departamento de la calle Franklin, en Caballito, Diego Maradona fue detenido por posesión de drogas.
Esas imágenes de Diego, el Campéon del 86 y Sub Campeón del Mundo del 90, retirado por la policía como un marginal, expresan el peor momento de su vida.
Muchas preguntas quedan flotando todavía: ¿Qué hacía en ese modesto departamento el mejor futbolista del mundo? ¿Por qué lo detuvieron? ¿De qué manera la prensa se enteró antes de que comenzara el operativo policial?
Y, en especial, ¿Qué había pasado con el héroe deportivo al que todos amaban?
Diego reconoció que consumió droga por primera vez en Barcelona y no pierde oportunidad de arrepentirse públicamente.
¿Vía de escape? ¿Falta de herramientas para enfrentar su vertiginoso ascenso al Olimpo deportivo? ¿Malas compañías?
Guillermo Cóppola, su amigo y representante durante años, estuvo muy cerca en ese descenso al infierno de Diego y participa de este recorrido.
Diego Maradona convertido, por sus propios errores, en un héroe trágico.
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