Por Reynaldo Sietecase.
En La Boca la presencia de Diego Maradona puede descubrirse a cada paso. Funciona como un santo laico consagrado por el cariño popular.
Diego llegó a Boca en 1981 cuando ya se destacaba como un gran futbolista argentino junior.
River Plate había hecho la mejor oferta económica por el juvenil crack. Sin embargo, su pasión pudo más y se las ingenió para que los transfirieran al Xeneize.
Llegó al equipo dirigido por Silvio Marzolini y se consagró campeón en la Bombonera. El romance se volvería interminable. Como jugador y luego como hincha.
Volvió al club en 1995 en busca de revancha, después del doping que lo descalificó en el Mundial de Estados Unidos, y luego, para retirarse del fútbol en 2001.
La Bombonera es su casa, un escenario donde todavía es feliz.
De la mano de Roberto Mouzo, el jugador que más veces vistió la camiseta de Boca, recorrimos esta parte de la historia de Maradona.
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