Portada  |  17 marzo 2017

Se viene el “Nobel de la Educación”

Un jurado internacional anunciará al ganador del premio al mejor maestro del mundo.

Actualidad

Otorgar prestigio al rol del docente es una preocupación mundial. Por eso, desde hace tres años una organización internacional decidió distinguir a aquellos maestros que hagan un aporte extraordinario a su profesión a través de un proyecto educativo. Este domingo, en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, se anunciará quién será el ganador de ese premio, el “Global  Teacher Prize”, conocido como el Nobel de la Educación, que incluye un reconocimiento de un millón de dólares.

Por el primer puesto clasificaron 10 finalistas. Ellos son de Kenya, Canadá, Brasil, Jamaica, Gran Bretaña, Pakistán, Alemania,  Australia, España y China. Fueron elegidos a partir de 20 mil nominaciones de 179 países.

En una primera instancia, un jurado internacional seleccionó a 50 maestros, entre ellos a la argentina Silvana Corso, directora de la Escuela Media Nro 2 Rumania de Villa Real, en la ciudad de Buenos Aires.

Corso viajó a Dubai junto a las dos maestras argentinas nominadas en 2016, Graciana Goicoechandia (Escuela Dante Alighieri de Las Flores) e Inés Bulacio (Escuela del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez). Las tres maestras, seleccionadas por su aporte extraordinario a la profesión, se preparan para representar a los docentes argentinos y participar en charlas, talleres, conferencias con las figuras más importantes del mundo en educación durante el Foro mundial de Educación y Habilidades 2017 (GESF) que precede la entrega de la máxima distinción. Las docentes participarán de ese megaevento organizado por la Fundación Varkey  en el que se anunciará al ganador del premio.

Corso dirige una escuela secundaria, a la que asisten 550 adolescentes, en su mayoría del barrio conocido como Fuerte Apache. Su escuela incluye a chicos con distintas discapacidades y problemáticas. La propia historia escolar de Silvana y la de su hija Catalina, que murió a los 9 años, la hacen estar convencida de que “todos pueden aprender” y así está dispuesta a visibilizarlo en el  Congreso mundial.

Los diez finalistas:

Wemerson da Silva (Brasil):   Enseña Ciencias en la Escuela Antonio dos Santos Neves de Boa Esperanca, en el estado de Mina Gerais, un lugar altamente vulnerable. Su idea para involucrar a los chicos fue fomentar las clases prácticas. Sus alumnos aprenden química, física y biología explorando los alrededores del colegio. En sus clases, por ejemplo, incorporó el estudio del río cercano y de sus aguas y costas contaminadas.

Salima Begún (Pakistán):  Decidió trabajar para la educación de las mujeres en un lugar donde no había maestros secundarios para chicas y ellas debían quedarse en sus casas. Da una inestimable ayuda para concientizar a los padres sobre la necesidad de educar a las niñas y sus beneficios. Salima capacitó a unos 8 mil docentes en todo Paquistán.

David Calle (España): Es un ingeniero madrileño conocido como el Profesor Youtuber. Fundó una academía en la que enseña física, química y tecnología. Consciente de que muchas familias no podían permitirse un profesor particular trasladó la academia a YouTube. Su página web www.unicoos.com  cuenta con 700 videos y acumula más de 100 millones de visitas.

Maggie MacDonnell (Canadá): Trabaja bajo condiciones extremas en el ártico canadiense específicamente en un pueblo llamado Salluit, la segunda comunidad esquimal más septentrional de Quebec. Sus estudiantes dirigen una cocina comunitaria, colaboran con una guardería y se capacitan para la prevención del suicidio en una comunidad afectada por esa problemática.

Raymond Chambers (Gran Bretaña):  Desarrolló un nuevo software para aprender utilizando Microsoft Kinect. El logro académico de sus estudiantes de computación,  lo decidió compartir este trabajo y las mejores prácticas con otros profesores. Su canal de YouTube de Ray tiene más de 250.000 visitas.

Marie-Christine Ghanbari (Alemania): Utiliza métodos de aprendizaje orientados a la acción. Su programa incluye la actividad deportiva, para aumentar la autoestima, la motivación y la empatía de sus estudiantes. La naturaleza participativa y colaborativa de su proyecto deportivo ayudó a los niños refugiados que toman clases en su escuela a integrarse más fácilmente.

Tracy-Ann Hall (Jamaica): De niña, en la escuela, a Tracy le diagnosticaron dislexia y dejó de estudiar para mejorar su condición pero luego se superó y decidió ser docente. Enseña tecnología del automóvil en una escuela técnica donde la mayoría de sus alumnos son hombres. Lanzó un club automovilístico y también creó un programa en su clase para alimentar a la gente de la calle.

Ken Silburn (Australia): Utiliza una variedad de proyectos multimedia e integra a sus clases la ciencia ambiental y la sostenibilidad. Su clase fue primera en Australia en su categoría del Campeonato Internacional de Ciencias. Sus alumnos participan voluntariamente en robótica y noches de astronomía.Fomenta la interacción con los estudiantes, por eso, su escuela trabaja en contacto con estudiantes de la India.

Boya Yang (China): Psicóloga y maestra. Creó un centro de docentes para implementar una educación más personal y social, en un mundo signado por las presiones y la exigencia. Su trabajo ayuda a brindar contención a adolescentes, maestros y padres.

Michael Amaya (Kenya): Tuvo que dejar la escuela por problemas económicos pero la posibilidad de una audición le permió estudiar danzas. Como instructor ofrece una alternativa de educación a huérfanos y niños en situación de vulnerabilidad, en un contexto de muchas privaciones. Michael combina la enseñanza del baile y habilidades sociales. Su trabajo redujo ampliamente los índices de abandono y embarazo adolescente.

Foto: @Lanky_Boi_Ray

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