Portada  |  23 marzo 2017

Nene mutilado en Miramar: investigan la hipótesis del rito satánico

Al cadáver le habían cortado manos y pies, se le había extraído toda la dentadura y también los órganos.

Actualidad

Sigue el misterio por el nene hallado muerto en Miramar. Siguen los rastrillajes casa por casa. Pedidos de informes en morgues de la zona para detectar casos con los cuales establecer alguna relación. Incluso, un alerta nacional de la Red Solidaria. Todo vale en la investigación judicial que busca dar con algún dato que permita identificar los restos del chico de entre dos y tres años

El cuerpo fue hallado al costado del arroyo La Totora, entre Miramar y Mar del Sud. Al cadáver le habían cortado manos y pies, se le había extraído toda la dentadura y también los órganos. Hasta el cerebro.

Parte de algún macabro ritual o una maniobra que podría tener como trasfondo la eventual venta de órganos; en uno u otro caso, obra de un desquiciado, aunque con algún conocimiento como para haber hecho las amputaciones y la evisceración. Todas las hipótesis están vigentes en un caso inédito.

La fiscal Ana María Caro, a cargo de la investigación, sólo tiene confirmado que el menor fue asesinado hace no más de diez días, aunque aún no sabe cómo. Los forenses ni siquiera pudieron afirmar de qué sexo era, porque no estaban los órganos genitales. El avanzado estado de descomposición del cadáver, además, complicó cualquier otra precisión.

Esas evidencias colectadas se incorporaron a una causa que conmueve incluso a los especialistas más experimentados. "En décadas no hemos visto algo igual", admitieron profesionales que participaron de la autopsia.

El informe pericial, consigna el diario La Nación, da cuenta de que los restos estaban en avanzado estado de descomposición. La data de muerte se fijó en siete a diez días, pero sin poder determinar cuál fue la causa. Las manos y pies habían sido seccionadas con algún instrumento cortante muy filoso, en coincidencia con articulaciones. Esta maniobra se vincularía con un intento para evitar identificación del chico. Vale recordar que a los recién nacidos se los registra con huellas plantares y dactilares.

Además, se constató la remoción de genitales y de otro órganos internos, incluido el cerebro, que alguien retiró para luego colocar la calota (la parte superior de la bóveda craneal) en su lugar y cerrar la cabeza con una costura no demasiado prolija, pero sí propia de alguien que sabía lo que hacía.

La posibilidad de un caso vinculado a una red de tráfico de órganos no termina de cerrarles a los investigadores. En ese caso la ablación del cerebro sería innecesaria y parece demasiado burdo el mecanismo para deshacerse de los restos. En cambio es más sólida la hipótesis sobre algún ritual con sacrificio humano. En la fiscalía intentaban revisar antecedentes de algún culto que pudiera contar con instancias tan macabras como las de este increíble caso.

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