Portada  |  31 mayo 2019

Un piso hacia la igualdad: ¿por qué una ley de cupo femenino en la música?

Primero llegó al Congreso, luego a las líneas de colectivos y ahora a los escenarios. De qué trata la norma que busca una participación mínima de mujeres en el ambiente musical argentino.

Telefem

“Cada día que pasa sin la ley de cupo sancionada es una oportunidad expresiva y laboral menos para una música argentina”, expresó la cantante Celsa Mel Gowland. Ella es también impulsora del proyecto Ley de Cupo y Acceso de Artistas Mujeres a los Escenarios que obtuvo a mediados de mayo media sanción del Senado.

En los próximos meses se espera que el proyecto llegue a la Cámara de Diputados para que, en caso de recibir luz verde, en todos los festivales del país en los que participen más de cinco bandas, haya como mínimo un 30% de presencia femenina.

“En Argentina, los responsables en la producción y organización de eventos artísticos de gran escala son exclusivamente hombres. A lo largo de la historia, para dedicarse a la música las mujeres tuvieron que enfrentarse a mandatos que van desde el juicio moral a la subestimación”, escribió Mercedes Liska, Investigadora de CONICET y Doctora en Ciencias Sociales especializada en música popular.

Liska entendió que hoy siguen existiendo prejuicios muy firmes sobre la falta de creatividad, inspiración o talento de las mujeres a la hora de hacer música, o sus escasas probabilidades de éxito comercial, que terminan en el desaliento y el abandono.

“¿Qué fue lo que más me costó por ser mujer a lo largo de mi carrera como música? Ser mujer. Estuve todo el tiempo tratando de parecerme a un hombre para ser respetada, hasta que me di cuenta de que el secreto estaba en ser mujer y hacerme valer como tal”, contó Gimena Álvarez Cela, música e instrumentista.

“En el país una mujer tarda el doble de años que un varón en alcanzar los mismos pasos de una carrera musical”, señaló Gowland, que a su vez explicó que existen obstáculos para la mujer cuando elige ser madre, o cuando se la desalienta a tocar ciertos instrumentos o a inclinarse a carreras como directora de orquesta.

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Sara Mamaní, cantante, autora y compositora con décadas en el circuito de la música originaria evaluó como necesaria la norma y al respecto, sostuvo: “La ley de cupo viene a equiparar la presencia de las mujeres en los escenarios que hasta ahora siempre ha sido minoría absoluta”.

En el 1991 Argentina fue pionera con la primera sanción de Ley de Cupo. El objetivo era aumentar la representación de las mujeres en la política. Establecía que al menos un 30% de las listas de candidatos debían estar ocupadas por mujeres. En la actualidad el porcentaje se elevó al 50%, con la reciente sanción de la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política.

POLÉMICA Y DEBATE

El debate no tardó en llegar a la órbita política y musical en la previa de la media sanción en Diputados. El organizador del Cosquín Rock, José Palazzo, quedó en el centro de las críticas luego de decir que falta talento femenino. “Lo que planteo es que, si yo tuviera que poner el 30%, tal vez no lo podría llenar con artistas talentosas y tendría que llenarlo por cumplir ese cupo. Esas artistas no estarían a la altura del festival y tendría que dejar afuera otro tipo de talentos”.

Por sus dichos Palazzo fue severamente cuestionado y días después habló sobre lo sucedido en su cuenta de Instagram. “Siempre me referí al número de mujeres y a las cantidades de bandas”, comenzó diciendo el productor. Y luego, en su afán por retractarse, agregó: “La música argentina y el rock necesitan más mujeres tocando y nosotros somos responsables de que eso suceda”.

Pero lo cierto es que, mientras que hay defensores férreos de la ley de cupo femenino en la música, también hay quienes se muestran en desacuerdo. La filósofa Roxana Kreimer cuestionó la norma y al respecto sostuvo: “Me parece que es inconstitucional porque quiebra el principio de igualdad ante la ley. En el proyecto se muestra que hay un poco más del 13% de músicas profesionales inscriptas y lo que hace la ley es elevar esa cantidad”.

La filósofa planteó que hay que analizar “oficio por oficio” debido a que todavía hay “resabios de sexismo que sufren tanto mujeres como varones y hay que apuntar a los casos donde eso ocurre”. En este sentido, concluyó: “Si vamos a plantear una ley de cupo tenemos que estudiar muy bien cuál es el total, el universo del que estamos hablando y si verdaderamente es el sexismo lo que impide que esas mujeres accedan a eso”.

Para Gowland sí hay algo claro es que la sanción definitiva de la ley de cupo femenino en los escenarios argentinos no es una pelea “entre músicos varones y músicas mujeres”. “Es sencillamente tener acceso a los escenarios”. Porque tal como expresó, una ley de cupo, es una oportunidad expresiva y laboral más para las artistas argentinas.

Los números, sin embargo, evidencian una realidad que aún es desigual. Al frente de los 10 ministerios del Poder Ejecutivo hay dos mujeres, en la Corte Suprema de Justicia hay una sola mujer frente a cuatro varones, en la Cámara de Diputados, de un total de 257 bancas, 100 son diputadas mujeres. Y en la Cámara de Senadores de un total de 72 miembros, 30 son mujeres.

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