Cristian y Waldo Bravo son hermanos, pero también son socios. Los dos trabajan como plomeros y albañiles en Capital Federal, por lo que suelen moverse en auto por los diferentes barrios de la ciudad de Buenos Aires.
Muchas veces, los hermanos necesitan bajar bolsas o cargar herramientas, por lo que estacionar cerca de los domicilios de sus clientes es algo clave. Hace un tiempo, una mujer que los contrató para que le reperaran su baño les prestó el certificado de su hijo discapacitado para que pudieran estacionar sin problemas en la puerta de su casa.
Lo que ella nunca imaginó fue que los Bravo iban a fotocopiar los papeles, y usufructuar con la discapacidad de su hijo.
Viveza criolla, vergüenza ajena: el curro de los falsos discapacitados. Por @nachogiron https://t.co/C5Z0nNnfGC pic.twitter.com/zf53Y9UFA9
— Telefe Noticias (@telefenoticias) 31 de julio de 2018
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