Portada  |  26 junio 2018

Alumnos africanos refugiados aprendieron cánticos argentinos

Vía Skype, alumnos argentinos entablaron un rico intercambio cultural con chicos refugiados de Africa en la previa del partido Argentina-Nigeria. No sólo les mostraron las típicas canciones de aliento a la selección, sino que les contaron qué es el mate y cómo se vive en Buenos Aires.

Rusia 2018

En la previa del partido Argentina-Nigeria, alumnos de St George´s College North, de la localidad de Olivos, se comunicaron vía Skype con refugiados de Africa en Kenia.

"El objetivo de esta comunicación audiovisual es que los alumnos del campo de refugiados conozcan nuestra cultura y costumbres", explica la docente a cargo del contacto digital, Jennifer Verschoor, embajadora argentina del Proyecto Kakuma para integrar a refugiados a través de la educación.

Los estudiantes Nicole Bertucci y Juan Miranda Ha les enseñaron a los chicos africanos parte de la cultura criolla e incluso algunos cánticos de cancha que los argentinos utilizamos para alentar a la selección en días como hoy en que Argentina enfrenta a Nigeria en un partido crucial para permanecer en el Mundial de Rusia.

Los chicos nigerianos contactados desde St George´s College North participan del Proyecto Kakuma, un campo de refugiados que cuenta con ocho establecimientos educativos.

El proyecto, del maestro belga Koen Timmers, tiene 20 embajadores en el mundo. Timmers contactó a la docente argentina Jennifer Verschoor, quien no dudó en el potencial de los intercambios estudiantiles y llevó la iniciativa a St George´s College North de Olivos.

Los refugiados abandonaron sus casas por la guerra, los conflictos o la persecución.

En el campo de refugiados de Kakuma más de 55% de las personas son niños y más de la mitad de ellos están actualmente fuera de un sistema escolar debido a motivos tan divergentes como el trabajo infantil, los matrimonios a corta edad, las barreras culturales y la falta de recursos.

Muchos de los menores de Kakuma están separados de su familia y amigos y son muchos los que llegan allí habiendo recorrido solos grandes distancias.

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