El presidente Alberto Fernández inauguró el 138° período de sesiones ordinarias en el Congreso Nacional con un discurso en el que aborda los principales ejes de su gestión.
El primer tema abordado fue el de la herencia recibida: "La palabra se ha devaluado. Necesito que recupere el valor que tuvo. Toda simulación en los actos y en los dichos significa una estafa. En democracia, la mentira es la mayor perversión. Con este discurso vengo a darle a mi palabra el valor del compromiso", señaló.
Durante sus primeros 81 días de gestión indicó que se tomaron las medidas más urgentes para afrontar los problemas más graves.
Frente a ese escenario, explicó: "No busco revancha. Necesito que todos asumamos la verdad que nos toca. El punto de partida de esta construcción social no puede ser otro que el reconocimiento del punto exacto en el que estamos".
Fernández dijo que las primeras medidas fueron tomadas para combatir la inflación y el desempleo, entre las que se encuentran los incrementos salariales otorgados por decreto al sector público y privado, el congelamiento de los servicios públicos, el plan de precios cuidados, y el lanzamiento de la Tarjeta Alimentar para combatir el hambre.
Frente a este último punto, remarcó: "Comer no puede ser un privilegio".
"Este Gobierno utilizará todas las herramientas legales para combatir la inflación. El país no resiste más a quienes priorizan su rentabilidad a costa de los pobres bobos que pagamos lo que consumimos", expresó pidiendo el compromiso a los formadores de precios.
Otro de los puntos centrales de su discurso fue la fuga de capitales.
"Millones de dólares se fugaron del sistema financiaron dejándonos sin recursos y con la carga de la deuda. Debemos saber lo que pasó, quiénes permitieron que esto suceda y quiénes se beneficiaron", sostuvo.
A raíz de esto enfatizó: "Nunca más al endeudamiento insostenible. Nunca más a la puerta giratoria de dólares que ingresan por el endeudamiento y se fugan dejando tierra arrasada por su paso".
Por otra parte, Alberto Fernández confirmó que enviará al Congreso una propuesta de reforma de la justicia federal para evitar "la designación de jueces amigos y la utilización política de la justicia".
"Vengo a asumir un compromiso que jamás quebraré: ponerle fin a la designación de jueces amigos y a la utilización política de la justicia", enfatizó el Presidente.
El mandatario dijo que la ley que impulsará busca el "reordenamiento de la justicia federal que evite el cajoneo de las falsas causas y la arbitrariedad en materia de detenciones".
En ese contexto señaló que habrá un "nuevo fuero federal penal" y se "transferirá una parte a la Ciudad, que tendrá plena autonomía".
De esta forma, los casos de corrupción ya no serán tratados solo por los jueces de Comodoro Py, sino que podrán caer en "un centenar" de magistrados de todo el país.
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