La noticia sobre la muerte de un gorila luego de que un nene de 4 años cayera en su jaula no fue bien recibida por la gente.
Los directores del zoológico de Cincinnati, EE.UU., decidieron sacrificar al animal luego de que el pequeño cayera accidentalmente en la fosa.
Thane Maynard observó que la decisión de los equipos de seguridad fue difícil pero correcta "porque de ese modo le salvaron la vida al niño”. "Podría haber terminado muy mal", sostuvo.
El gorila se llamaba Harambe y fue asesinado a balazos. El episodio ocurrió sólo una semana después de que ocurriera un evento similar con dos leones en Chile.
La muerte del animal despertó indignación y una polémica alrededor de la ética de mantener en cautiverio a animales salvajes, además de los protocolos de seguridad ante estos casos.
Muchos piensan que Harame no representaba un peligro para el nene. Por eso más de 100.000 personas firmaron una petición pidiendo que se procesa contra los padres del pequeño.
“La falta de supervisión y negligencia hizo que Harambe perdiera la vida”, alegaron. Por su parte las autoridades del zoológico defendieron la decisión de abatir al gorila para preservar la vida del nene.
Harambe, de 17 años, participaba en un programa de reproducción de gorilas en cautiverio. El primate había nacido en cautiverio en Texas y llegado a Cincinnati en 2014, para ser parte del programa de reproducción de gorilas occidentales de tierras bajas de ese zoológico.
Foto: Reuters.
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