“Las maté para que no sufrieran cuando fueran mayores”, fue lo que dijo la exmaestra mexicana , dentista y la autora del crimen que horrorizó a México el pasado 21 de marzo de 2016.
Los cuerpos sin vida de tres niñas, de tres, seis y siete años fueron hallados dentro de una casa ubicada en la ciudad de Morelia. La madre fue identificada como Martha Teresita Chávez y como la principal sospechosa de la muerte violenta de las menores de edad fue detenida.
La madre aseguró que quitarles la vida podría evitarles los sufrimientos que conlleva crecer y ser adulto. El procurador de justicia de Michoacán, José Martín Godoy, reveló 2016 que la mujer golpeó con un martillo en la cabeza y las asfixió con una bufanda.
Después de pasar tres años en un centro de readaptación social, el Tribunal señaló que el delito cometido por la madre es “inimputable” (no se le puede declarar culpable aunque el hecho que haya cometido sea injusto) por “padecer un trastorno mental y de comportamiento”.
La condición impuesta por el juez a la madre para que pueda estar en libertad, fue seguir un tratamiento durante los próximos diez años y pagar al padre de sus hijas un total de 56.000 dólares por considerarlo como víctima indirecta.
Fuentes cercanas a la madre con trastorno de bipolaridad, señalaron que el fallo del juez obedece a que el centro donde se encontraba recluida ya no podía tenerla porque no contaba con el tratamiento que deben suministrarle. Aseguraron que la única persona que lo puede conseguir es el padre de Chávez.
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