La familia de Yulen, el nene de dos años que tras una intensa búsqueda tras caer en un pozo de Málaga fue encontrado sin vida, vivió hace menos de dos años otra tragedia familiar, luego de la muerte de su otro hijo Oliver, cuando tenía tres años.
Según se desprende de un artículo publicado por el diario El País, el pequeño falleció cuando la familia paseaba por la playa junto a sus padres en la primavera de 2017. El nene, según contaron vecinos al medio español, murió “de repente”, tragedia que marcó un antes y un después en la vida de la pareja.
El pasado 13 de enero la familia se encontraba almorzando cuando el nene se precipitó por el pozo sin que él ni la madre pudiera hacer nada para evitarlo, según contaron sus familiares. Otro niño que jugaba con Yulen, un primo de año y medio, no sufrió ningún daño.
Todo nuestro apoyo a los compañeros del Consorcio de bomberos de Málaga que intentan rescatar al pequeño caído en un pozo de sondeo de 20-30 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad. Mucho ánimo a todos los que participan en el rescate y un abrazo a la familia. pic.twitter.com/LoTbLWcaJA
— Bomberos AB(Oficial) (@sciab_es) 13 de enero de 2019
Durante 12 días, un equipo de más de 300 rescatistas trabajó a contrarreloj para llegar hasta el lugar donde había caído Julen. En una misión sin precedentes y sembrada de riesgos, un grupo de mineros de élite alcanzó este sábado a la madruga (hora de España) el lugar donde estaba el pequeño y lo encontró sin vida.
Después de días de intensa búsqueda y trabajo incansable, el cuerpo del pequeño Julen ha sido hallado sin vida en el pozo de Totalán.
— Ministerio Interior (@interiorgob) 26 de enero de 2019
Nuestro pésame y condolencias a la familia.
Y nuestro reconocimiento al esfuerzo de la @guardiacivil, los mineros y todo el equipo de emergencias. pic.twitter.com/RWSUp4qkZU
Los socorristas cavaron primero un túnel vertical en paralelo al profundo pozo de 25 centímetros de diámetro. Allí trabajaron sin descanso desde la tarde del jueves los mineros, bajando por turnos, de dos en dos, en una jaula metálica, para excavar con taladradora cuatro metros en horizontal y llegar al pozo.
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