Portada  |  06 septiembre 2019

De la celda a la jaula: la rutina del Chapo Guzmán, preso en "La Alcatraz de las Rocosas"

El Chapo Guzmán vive en una celda de 2,1 por 3,6 metros, con una cama hecha de acero, colchón delgado, taburete, escritorio, inodoro y lavabo del mismo metal.

Internacionales

Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, el narcotraficante más buscado del planeta en la última década se adapta a su nueva realidad en la prisión de Florence ADMAX, en Colorado, donde están presos los peores criminales de todo Estados Unidos.

Desde que ingresara en ‘La Alcatraz de las Rocosas’, el pasado 19 de julio para cumplir una condena de cadena perpetua más 30 años, el ex líder del cartel de Sinaola ha perdido gran parte de su visión y pasa 23 horas encerrado en su celda de aislamiento y una en una jaula en el patio del correccional, la que le dejan salir al aire libre.

En declaraciones a Univisión Noticias, la abogada del Chapo Guzmán, Mariel Colón, explicó que “se ve mucho más flaco, un poco más apagado. Bien no la está pasando. Es la vez que lo he visto más triste”.

La letrada le visitó hace dos semanas junto a Marc Fernich, que lleva su proceso de apelación. Además, Colón explicó sus problemas idiomáticos. “Se pasa todo el tiempo en aislamiento, nadie habla español, los guardias no hablan español, así que se le dificultan muchas cosas”, detalló.

“En un mes y medio empeoró bastante su vista, no es que esté ciego, pero ve borroso. No puede leer. Necesita lentes”, algo que hasta ahora no tuvo porque “porque no habla inglés y no pudo pedir un oculista hasta que yo fui”.

El Chapo Guzmán vive en una celda de 2,1 por 3,6 metros, con una cama hecha de acero, colchón delgado, taburete, escritorio, inodoro y lavabo del mismo metal.

También tiene una pequeña TV en la que sólo puede ver programas educativos y religiosos. La ducha se la toma en la misma celda, vigilada las 24 horas del día con una cámara y siempre con luz para facilitar esta tarea. Sólo una puerta con una ventana diminuta le permite ver algo de fuera, el pasillo. No puede hablar con otros presos y cuando le sacan a la jaula está completamente solo y no puede ver nada más que el cielo pues las altas paredes del patio no permiten ver ni las bellas montañas de las Rocosas, donde está el centro penitenciario de más seguridad de Estados Unidos.

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