Portada  |  01 marzo 2018

Bolivia: "encadenaron" al alcalde un pueblo por no cumplir con sus promesas

Ocurrió en la pequeña comunidad de San José de Uchupiamonas, cerca de La Paz. El funcionario estuvo atado a un cepo durante una hora.

Internacionales

Javier Delgado, el alcalde del municipio de boliviano de San Buenaventura, en La Paz, estuvo encadenado durante una hora por incumplir sus promesas de campaña. 

Todo ocurrió en la pequeña comunidad de San José de Uchupiamonas, a 50 kilómetros del centro de San Buena Ventura, donde los vecinos denunciaron que sus pedidos no fueron atendidos por el funcionario, por lo que pusieron como condición para recibirlo que se ponga un cepo.

"La gente lo recibió y la condición era que se lo ponga a cepo. (El alcalde) ha incumplido distintos compromisos que ha contraído con la población de San José y lo más complicado es que la gente de San José, las distintas autoridades (de la comunidad) se han quejado, cuando ellos van nos les atiende con prioridad", explicó un vecino del lugar.

Delgado había asistido hasta el lugar para inaugurar una obra financiada con fondos gubernamentales y municipales. “Iba a ser una fiesta democrática muy bonita”, aseguró el alcalde que estuvo encadenado durante una hora. “No me dieron la oportunidad ni siquiera de averiguar cuáles eran las razones para someterme a ese castigo, pero yo no puse resistencia siempre en el entendido de que iba a tener la oportunidad de escalecer este hecho. Más bien me dieron la oportunidad y luego me pidieron disculpas, vieron que han sido manipulados y desinformados por estas personas”, explicó el funcionario, quien responsabilizó por sus incumplimientos a "empresarios poderosos".

No es la primera vez que el alcalde es encadenado, de hecho es la tercera: la primera vez que fue castigado en el cepo fue meses después de haber asumido su puesto durante un conflicto regional y en 2016 cuando la oposición tomó las instalaciones de la Alcaldía, por casi dos meses.

“Soy uno de los pocos munícipes en el país que he sido sometido a esos castigos tradicionales, a bloqueos, a marchas e incluso a la toma de la Alcaldía, durante dos meses ha sido cerrada la Alcaldía”, aseguró el alcalde al diario La Razón, y agregó: “No es culpa de los pobladores, es culpa de esas personas que no se resignan a perder el poder político que siempre han tenido y gracias a ello tienen sus riquezas, son gente que trabaja con grandes empresa fluviales y de madera”.

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