Portada  |  06 febrero 2019

"Yo jugué en la Selección del delito"

Una nueva historia de delitos, presentada por Mauro Szeta, tiene a un "preso legendario" como protagonista. Su vida antes de estar tras las rejas y su presente, en primera persona.

Informes Especiales

Julio Jorge Cordero Barreiro tiene 49 años, está condenado a 16 años de prisión por homicidio simple de los cuales ya lleva 13 años detenido. Actualmente está en la Unidad 28 de Magdalena, pero antes tuvo tres causas por robo. Es un preso legendario y se decidió a contarnos su historia de vida. Quiere dar un mensaje a los jóvenes y reflexionar sobre lo que le espera un vez que logre estar en libertad.

Creció en Villegas, partido de La Matanza. Recuerda con emoción a un padre trabajador metalúrgico y una madre ama de casa. Su contacto con el delito llegó de la parte de su tío: “arranqué a bardear a los 15 años con un fierro, robaba mayoristas de cigarrilos; siendo pibe me dieron un tiro en el brazo, todavía tengo la marca”, sostiene.

Entre los 12 y los 17 años hizo más de 100 robos. La primera vez que cayó detenido fue a los 17 años, luego de intentar robar un reloj Rolex. “En esa época no había la inseguridad que hay ahora, nosotros no matábamos, había códigos”, asegura.

Dice que tuvo todo tipo de armas y las enumera una por una: desde granadas hasta Fal.

Estando detenido en Olmos, aprendió a usar la faca. “Ahí fue la primera vez que tuve miedo”, dice.

Estuvo preso en todos los penales, “en Devoto hacíamos muchas locuras, me acuerdo que teníamos un barrote trucho, salíamos y trepábamos por una soga y nos íbamos a los pabellones de los pisos superiores; vi morir a muchos pibes que se caían”.

Su apodo es Murdock, y se lo ganó por sus "arranques" de locura. Le pusieron el apodo en sus años en los que era amo y señor de los monoblocks de Lugano 1 y 2.

“Yo cuidaba el barrio, no se vendía falopa cuando yo estaba, una vez agarré la AK47 y corrí a los miembros de una banda de narcos; hasta el vigilante de la esquina nos respetaba”.

Murdock Tiene muchos tatuajes en el cuerpo, uno de esos dibujos simboliza a sus compañeros y un primo que murieron delinquiendo; en el hombro tiene los cinco puntos que caracterizan a la vida tumbera. Fue devoto del Gauchito Gil y también del culto umbanda.

Años atrás un compañero de celda aprovechó que él se había empastillado, le sacó el celular que había ingresado de forma clandestina e intentó seducir a la hija. Cuando volvió en sí y se enteró, le tiró una olla de aceite hirviendo y le asestó 5 puñaladas. Casi lo mata.

En su “currículum” delictivo no quedó nada por hacer: pirata del asfalto, salideras, entraderas, asalto a micros de pasajeros, robo de financieras y bancos. Tiene más de nueve tiros en el cuerpo (uno de los proyectiles lo tiene todavía alojado en uno de sus brazos) y vestigios de peleas a facazos. Tiene cicatrices en la boca por una pelea sangrienta con otro preso.

Fue compañero de robo de los delincuentes más renombrados de la Argentina y formo parte de la Superbanda. Robó con “El Gordo” Valor, con “Tractorcito” Cabrera, Cacho "La Garza" Sosa y muchos otros; llegó a rescatar a “El Narigón” Victor Navarro de su internación en el Hospital Zubizarreta sin tirar un solo tiro. Iba a ser parte del robo de la joyas de Mirtha Legrand junto a Vitette, pero a último momento decidió no hacerlo.

Realizó un robo millonario en el Club Español, en el año 1992 fue parte de la banda que asaltó un Banco Itaú.

Actualmente está detenido por un homicidio de un vecino del barrio, algo que no recuerda en absoluto porque el vecino lo empastilló involuntariamente. La muerte fue por una puñalada certera en el corazón. Él se hizo cargo pero no recuerda nada, su hijo menor fue testigo de todo.

Ya no quiere saber más nada con el delito ni con la vida carcelaria. Años atrás tuvo un ACV que casi le quita la vida, además tiene HIV. Estando en prisión se recibió de auxiliar administrativo y trabaja actualmente en la panadería del penal. Ahora quiere cumplir condena y disfrutar de sus cinco nietos.

“Yo quiero darle un mensaje a los pibes, la cárcel ya no es negocio para nadie”. Su último tatuaje se lo hizo en el pie, tiene escrito “paz”.

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