Portada  |  03 abril 2018

"Un mundo de dos asientos": cuando vivir en un auto es la única salida

Esta es una historia que sucede delante de nuestros ojos pero que, seguramente, pasa inadvertida. Tres personas con un denominador común: vivir adentro de un auto. Un taxista y una pareja. Dos barrios, dos coches, dos maneras de enfrentar la vida desde un mundo reducido a dos asientos.

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Esta es la historia de Marcelo, un taxista que vive en su auto con su perro. Duerme en una estación de servicio, se baña pagando $50 en una pensión y nadie le alquila un cuarto, no lo aceptan por su mascota. Lo deja en una plaza al cuidado de conocidos cuando él se va a trabajar a levantar pasajeros. 

Marcelo se separó de su mujer hace tres meses, él y su perro Rex perdieron su casa y la única opción que encontró es poder usar el taxi como vivienda transitoria. Marcelo no tiene familia, Rex es su único amor y por nada del mundo piensa dejarlo, por eso cada día es para ellos, una gran incógnita.

También es la historia de una pareja que vive un auto abandonado en el barrio porteño de San Cristóbal. Están juntos en ese coche hace por lo menos seis meses. Marcela y Jorge cuidan autos, ganan lo justo para poder vivir. Jorge ademas trabaja en un bar y ayuda a los dueños por la noche.

El baúl es un gran arcón donde guardan todos sus tesoros, desde el jabón y el shampoo hasta la ropa que les regalan. Los vecinos los conocen y están tranquilos con ellos en el barrio, los cuidan y los ayudan cada vez que pueden. Hace dos años que están juntos y muy enamorados. Cada día intentan salir adelante, como se puede, desde esa esquina de Pichincha y Rondeau. 

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