Marcos y Elba encontraron en la fe un espacio de contención y acompañamiento y en sus peores momentos la Iglesia era el lugar en el que encontraban paz.
Hoy Marcos dice que va a agradecer al templo: “Gracias porque me extendió el plazo de vida”. Él fue diagnosticado con una dura enfermedad, debió ser sometido a operaciones y luego a una larga recuperación.
“Tenía un miedo atroz”, asegura Marcos pero siempre en la fe encontró la fuerza para seguir adelante. En ese momento “pedía salud”.
Por su parte, Elba dice haber vivido “una vida muy sufrida”. Su esposo perdió la visión y luego le amputaron una pierna.
En ese momento su hija era muy chica y ella tenía que salir a trabajar para garantizar el pato de cada día.
Estaba devastada, pero tenía que seguir adelante y la oración fue clave en cada uno de sus días. “Dios siempre me escuchó”, asegura Elba que pedía fuerza y oraba porque su presente mejorara.
Después de atravesar esa etapa dolorosa, hoy dice estar pasando un lindo momento. ¿La oración, la fe? Siempre presente.
#Rezadores y que la fue mueva montañas
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