Portada  |  15 mayo 2018

"Pasa de noche": la pasión de una barra brava, desde adentro

Un recorrido con los hinchas de Gimnasia. Los fanáticos explican qué significa el club para ellos. Informe especial.

Informes Especiales

En medio del partido en que Boca finalmente se consagró campeón de la Superliga, la cámara de Pasa de Noche vivió una noche a puro vértigo junto a los integrantes de "La 22", la barra brava de Gimnasia y Esgrima de La Plata, y fue testigo de un final insólito: apenas terminó el encuentro, los hinchas se dirigieron a una escuela nocturna a visitar a su líder, Cristian "El Volador" Camilleri, quien tiene prohibido el acceso a los estadios y está tratando de completar el secundario.

Pero la historia había comenzado varias horas antes, en un humilde barrio ubicado a metros de la autopista Buenos Aires-La Plata, donde cada vez que su equipo juega de local alrededor de mil simpatizantes de El Lobo se concentran para hacer “la previa”, entonándose con los clásicos cánticos y la colaboración del alcohol.

Una vez que todo estuvo listo, la orden de Arielo y Rulli, dos de los referentes que secundan a Camilleri, fue salir rumbo al estadio del Bosque en una larga caravana de autos y camionetas encabezada por los motociclistas de la barra, quienes tienen una misión tan precisa como decisiva: ir cortando el tránsito de las calles transversales para agilizar el paso y que el viaje no demande más de 15 minutos.

En medio de bocinazos, de las arengas típicas de cancha, del despliegue de banderas y de decenas de camionetas y autos abarrotados de hinchas, buena parte de la ciudad de La Plata se vio completamente alterada por el paso de la barra.

Ya en las inmediaciones del estadio, los hinchas bajaron de sus vehículos y pusieron en marcha la segunda parte del operativo: reunir a todos los integrantes de la barra para hacer el ingreso al estadio.

Los controles policiales y algunos incidentes ocurridos cuando el personal apostado en los molinetes detectó que algunos de los miembros de la barra intentaban ingresar con carnets vencidos, hicieron que la entrada se produjera cuando el partido ya había empezado y Boca ganaba 1 a 0.

Eso no impidió la euforia desatada por "La 22", como se conoce a la barra de Gimnasia en memoria de su ex jefe, Marcelo "El Loco" Fierro Amuchástegui, quien en 1991 murió durante un tiroteo con la policía rosarina.

Los barras coparon el centro de la tribuna, un lugar que ningún otro hincha tiene la osadía de ocupar, y alentaron fervorosamente a su equipo trepados a los paravalanchas y por momentos de espaldas a la cancha, sin importarles qué sucedía en el campo de juego.

El 2-2 final pareció dejarlos conformes, aunque Boca se haya coronado campeón en su estadio, algo que hiere el orgullo de cualquier barra que se precie de tal.

Igual el partido de ellos no había terminado ahí. Casi como un ritual, varios miembros de "La 22" salieron del estadio, se subieron a sus vehículos y enfilaron en dirección a una escuela nocturna para encontrarse con su jefe, "El Volador" Camilleri, que está cursando segundo año del secundario y tiene prohibido el ingreso a los estadios.

Su imagen, cuando apareció en la sala de preceptores con una mochila cargada de carpetas, manuales, lápices y toda clase de útiles escolares, era la antítesis del barrabrava al que le prohibieron el ingreso a los estadios bajo la acusación de manejar los puestos ambulantes que funcionan durante los partidos e ingresar a los vestuarios de los jugadores junto a barras de Colón.

Eso sí, confesó que la clase de Contabilidad la escuchó con un solo oído. En el otro tenía puesto un auricular para seguir la suerte del Lobo.

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