Portada  |  26 enero 2019

"He Vivido": El "Flaco" García, una vida con humor

Vivió con intensidad y nos cuenta sus historias y secretos.

Informes Especiales

Por Erica Fontana

"Cuando me toque a mí, los muchachos me van a decir: ¿Flaco, por qué tardaste tanto?"

Juan Carlos "El Flaco" García, famoso y querido por sus personajes junto a grandes capocómicos de la Argentina, revela cómo ha vivido hasta hoy, en sus divertidos 82 años.

El café de Avenida Boedo y San Juan es el lugar que Juan Carlos García elige para la entrevista. Llegó cinco minutos tarde y ya degustaba con el camarógrafo y ayudante unas cuantas anécdotas de lo que pronto ampliará con micrófono puesto.

"Homero Manzi" lo tiene como amigo de la casa. La categoría de cliente la pasó hace mucho, cuando ahí mismo trabajó como presentador de resonantes espectáculos de tango. Ahora me espera con una sonrisa y me da un beso afectuoso, que ya me hace sentirlo "El Flaco" García, amigo de toda la vida.

Afuera la siesta de enero porteño apura el paso de los que buscan refugio en la ropa clara para engañar los 32 grados, adentro, nos olvidamos que el tiempo tiene un clima y el reloj su ritmo, porque lo importante, está en la memoria.

Con los primeros recuerdos de su infancia, "El Flaco" me llevó a pasear por el Boedo de los años 40, por la costumbre de la época de familias de muchos hijos y por sus travesuras de niño grande que lustraba zapatos por una propina, a escondidas de su papá.

Pero como su sueño era ser artista, despuntaba el vicio contando chistes en la esquina, con los amigos de la cuadra, hasta que se animó a pedirle a la mamá de un amigo, que era actriz, a que lo lleve a un estudio de cine.

Fue entrar y no salir nunca más, casi jugando empezó en este mundo de fantasía para hacer reír junto a los más grandes capocómicos que dio el país: José Marrone, Juan Carlos Altavista, el “Negro” Alberto Olmedo, Jorge Porcel y Tato Bores.

Encontré a un tipo sencillo y adorable, locuaz, pero medido en sus palabras para cuidar a sus amigos, los grandes cómicos, que supieron darle un lugar y reconocer su valor profesional, y humano.

"El Flaco" García, un sinfín de anécdotas cargadas de sonrisas, y alguna que otra lágrima.

Comentarios