Ellas son Guerreras por la escuela. Van puerta a puerta a visitar a las familias para buscar a los chicos que dejaron el colegio y los ayudan a volver al aula.
Si un chico no va a la escuela, es una señal de alarma. Algo está pasando en la casa, y ahí están ellas. Caminan cuadras y cuadras de barro, entran en las casas y tratan de llevar soluciones. Tratan casos de violencia, problemas de salud, económicos y consiguen vacantes en las escuelas de la zona.
Se reúnen una vez por semana para hablar de los problemas del barrio y organizar cómo encarar los nuevos casos a resolver.
La manera de enterarse de los problemas es por el boca en boca. Entre ellas tienen un grupo de Whatsapp y a toda hora están atentas a las alertas.
Muchas veces los casos que sufren los chicos son dramáticos, por eso se movilizan para llevar respuestas. En lo que va del año, ayudaron a 300 chicos y el trabajo nunca se termina.
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