En el barrio, no había instituciones donde poder estudiar después del secundario. Las mujeres de la Villa 31 cansadas de ser relegadas y siempre estar postergadas lograron en este espacio un lugar donde poder desarrollarse.
A pesar de las dificultades y los obstáculos, se logró avanzar contra todo, lo hicieron a pulmón y ahora muchas mujeres podrán tener el primer título universitario de la familia.
El lugar donde viven es difícil pero ellas saben que desde ese espacio podrán ahora, hacer algo que muchos creen imposible: tener un título. El profesorado está reconocido por el ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires por lo tanto, el título les permite trabajar en cualquier colegio del país.
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