Portada  |  05 junio 2019

Contratado por un día: Roberto Funes Ugarte se prueba como paseador de perros

En toda la ciudad de Buenos Aires hay 5.500 paseadores de perros. Cobran, por perro, entre 3 mil y 1800 pesos por mes y no cuentan con ningún tipo de aportes.

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En una nueva entrega de Contratado por un día, Roberto Funes Ugarte vivió los sobresaltos de un trabajo que parece romántico y poco sacrificado, pero que, sin embargo, tiene sus riesgos: el de los paseadores de perros.

Durante una jornada se desempeñó como asistente de Odilo, uno de los 5.500 paseadores de perros que hay en la Ciudad de Buenos, de los cuales 1500 están registrados en el Sindicato de Trabajadores Caninos.

El 40% son mujeres, un índice alto si se lo compara con otros rubros. “Al principio éramos todos hombres, porque se pensaba que era necesario tener mucha fuerza, pero cuando las mujeres se dieron cuenta de que más que fuerza hace falta habilidad, se sumaron muchísimas”, cuenta Matías Tomsich, secretario gremial del sindicato.

De acuerdo con los registros del Gobierno porteño, en toda la ciudad de Buenos Aires hay 600 mil perros como mascotas -equivale a uno cada 5 habitantes- que generan 70 toneladas de excrementos por día.

Los paseadores cobran, por perro, entre 3 mil y 1800 pesos por mes, según en qué zona de la ciudad trabajen. Las tarifas más caras corresponden a barrios como Recoleta, Palermo y Puerto Madero, mientras que las más económicas se dan en Paternal, Flores o Villa del Parque, entre otros.

El servicio que ofrecen es un paseo de lunes a viernes que dura tres horas y que incluye una caminata y, en muchos casos, la visita a algunos de los caniles que hay en la ciudad. “El problema es que hay apenas 50 caniles. Por eso presentamos un proyecto para que se construyan 150 más, uno por cada plaza”, explica Tomsich.

Como no está reconocido como un trabajo, no cuentan con ningún tipo de aportes, ni obra social ni cobertura en caso de enfermedad o, incluso, embarazo. “Es completamente informal. Por eso estamos tratando de que el congreso saque una ley que lo incluya, con sus particularidades, como un trabajo formal”, sostiene Tomsich.

Hay paseadores que llevan hasta 15 perros juntos, lo que exige toda una capacitación, ya que es necesario saber identificar sus conductas, cómo distribuirlos en la manada según las características de cada uno y hasta tener conocimientos de primeros auxilios.

Siempre está el riesgo de que algún perro se escape, que sea atropellado por un auto o que se produzcan peleas durante la convivencia en el canil. Por eso es un trabajo con sus dificultades. No se trata, simplemente, de dar la vuelta al perro.

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