Empleado en la planta que la empresa Fantoche posee en Villa Lugano, trabajó en cada una de las etapas que tiene la fabricación del alfajor, desde que se hace la masa de las galletitas hasta que queda terminado y embalado para la venta.
Solo en las bocas de expendio de los kioscos, en el país se comercializan 6 millones de alfajores al año, a razón de 54 por persona, de los cuales el 64% son de chocolate, el 34% blancos y apenas el 1% de otros sabores.
Entre los operarios que trabajan en las más de 300 alfajorerías que hay en el país -el 50% son pymes- hay casi la misma cantidad de hombres que de mujeres, y todos pertenecen al Sindicato de Pasteleros y Alfajoreros.
Sin bien ya a mediados del siglo XIX se conocía el alfajor por estas tierras, fue recién en 1940 que comenzó a fabricarse de manera industrial y a venderse en los comercios.
Además, se convirtió en un producto que identifica a distintas regiones del país. Están los santafesinos, los cordobeses, los tucumanos, los marplatenses …. ¿Será por eso que cuando uno se va de viaje en la despedida nunca falta alguien que diga “traé alfajores”?
Texto: Pablo Martin Kuperszmit
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