Portada  |  04 julio 2019

Se estrena documental que muestra el drama de los perros salvajes de Tierra del Fuego

Se calcula que hoy hay 70 mil agrupados en jaurías. Redujeron a la mitad la población de ovejas y ocasionalmente atacan a humanos.

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En casi todas la ciudades de la Patagonia los productores se tienen que alejar de la ciudades porque los perros atacan a sus ovejas. En Tierra del Fuego hace unas décadas había 800 mil ovejas y ahora hay 400 mil, contó al diario Tiempo Argentino Juan Dickinson, realizador del film documental "Perros del Fin del Mundo", que se estrena este jueves.

La película refleja el proceso que llevó a que Tierra del Fuego se convirtiera en un territorio dominado por perros asilvestrados: canes que fueron abandonados por sus dueños y que a través de los años y las generaciones se convirtieron en perros cimarrones, produciendo un proceso inverso al que llevó a esos animales a ser el mejor amigo del hombre.

“Lo que nos interesó es algo de origen simple pero que alcanza niveles muy complejos de difícil resolución. Y además es una que tema que existe en toda la Argentina en la base de la cordillera", agregó.

Pero Perros del Fin del Mundo no es un documental de denuncia, sino uno que describe un fenómeno. “Los perros han afectado toda la ecología del lugar: los asentamientos de las aves migratorias, los movimientos de los guanacos, los bovinos, aunque no tanto como las ovejas. Todo esto se origina por el descuido de las mascotas, que empiezan como perros sueltos en la ciudad y terminan siendo perros cimarrones en el campo.”

El fenómeno comenzó a evidenciarse en la década del 90, cuando se empezaron a manifestar los primeros síntomas de agotamiento del plan de convertibilidad de Menem. La promoción industrial implementada desde los años 70 atrajo a muchos trabajadores, que en su mayoría se asentaron, pero que en algunos casos intentaron hacer una diferencia para regresar a su lugar de origen. “La isla tiene una importante población flotante que no tiene un arraigo y básicamente están ahí para ganar plata y después irse. A su vez todos tienen un perro porque necesitan compañía, y un coche para moverse. Cuando se van se llevan el coche y abandonan el perro.”

El aumento de la emigración en los 90 produjo un crecimiento de los perros callejeros que, a diferencia de lo que sucede en una ciudad con conurbano (como Buenos Aires, Córdoba, Rosario, etc), es que en las ciudades grandes de Tierra del Fuego el campo y la ciudad están pegados: “Van y vienen entre la ciudad y el campo y eso origina graves problemas de salud pública por las enfermedades que transmiten. Con los años esos perros, en busca de comida, quedan definitivamente en el campo: allí se vuelven cimarrones y se reproducen, como volviendo hacia atrás en el tiempo cuando el lobo acompañaba al hombre para comer las sobras. Ahora comen las ovejas, a las que corren hasta precipicios y provocan muertes por ataque directo, infartos o las dejan mal de tanto estrés que le producen. En este proceso tres o cuatro perros pueden matar hasta 300 ovejas"

"Y lo llamativo es que no saben cómo abrir las presas: las atacan y las dejan tiradas hasta que viene un cóndor o un lobo que sí sabe, y ahí el perro come”, subrayó el realizador.

Se calcula que en la isla hay entre 50 y 70 mil perros en jaurías. Y ya han empezado a detectarse ataques a personas, aunque el problema está lejos de semejantes dimensiones. 

Foto ilustrativa

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