Belén nació en Chivilcoy, y vivió una infancia y adolescencia atravesada por una enfermedad que ella misma desconocía: la anorexia. "A los 12 años me enfermé de anorexia, en mi casa no conocíamos la enfermedad. No empecé viéndome gorda sino que deje de comer, por miedo, frustraciones. No volví a ser la misma", dijo sin titubear en la pantalla de Telefe.
"Empecé a bajar mucho de peso. Mido 1,67 y llegué a pesar 39 kilos. A lo último no caminaba, me dolían los huesos. Mi piel estaba amarilla y el pelo se me cayó".
A los 17 años Belén estuvo casi al borde de la muerte, por eso decidió venir con su mamá a Buenos Aires para internarse en una clínica especializada.
"El tratamiento duró tres años y siete meses. Estaba de 8 de la mañana a 8 de la noche en la clínica y después me iba a un hotel. Los fines de semana volvía a Chivilcoy", contó. Y agregó: "Mi familia siempre me apoyó. No fue fácil, empecé comiendo papilla y de a poquito logré superar todos los miedos con la comida".
El deseo de Belén, con los 130 mil pesos que se llevó el lunes, se divide en dos etapas. La primera y más importante: "Mi mayor sueño es que todas las chicas que están pasando por esto logren curarse como yo lo hice. Sé que hay muchas trabas porque yo sin obra social no podría haberlo hecho. Parte de la plata la quiero donar a la clínica que me ayudó". La segunda es hacer un viaje con su mamá: "Siempre quisimos conocer Bariloche".
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