Entre el 2000 y 2005 el arco de River tuvo como dueño a Franco Costanzo, un arquero de notable regularidad que dejó un gran recuerdo en el club, pero que llamaba mucho la atención también por una particularidad que a los 39 años, y tras haber jugado en Europa, empezó a romper: no hablaba.
Constanzo jamás brindó a la TV ni a los diarios argentinos una nota. No le gustaba, y en diálogo con La Nación, hablo de eso. Además, reconoce que de pequeño hinchaba por Boca, pero que con el paso de los años se hizo de River, lógicamente."De chico era hincha de Boca como mi padre, mi ídolo era Navarro Montoya. En la pensión de River éramos varios los hinchas xeneizes. Viví tres años en la pensión de River, estudié también ahí, fueron en total diez años en el River. No hay manera que no te transformes y termines queriendo los colores y sintiendo al club como propio".
Respecto de su decisión de no hablar, compartió: "Creo que el hincha de River no me conoce la voz. Quería ser invisible, jugar en semejante club y que nadie me conociera. Era medio ridículo, casi imposible, pero nunca me interesó que supieran quién era yo, no me gustaba todo lo que venía en el combo de ser arquero de un club tan grande".
Costanzo emigró al Alavés de España donde jugó hasta 2007, luego inició su aventura en donde hoy es uno de los ídolos, el Basilea, donde trabaja además como scouting y vive con su familia. Pese a estar lejos, reconoció que la mano de Marcelo Gallardo en este River le devolvió el hincha que llevaba dentro: "Me salió el hincha de vuelta, ahora veo todos los partidos, sobre todo por la identificación que logró Gallardo, te hace sentir orgulloso de tu equipo. Me encanta y me parece brillante su reinvención permanente, ese siempre ir por más".
Comentarios