Portada  |  13 julio 2020

Armaron una pileta con chapa y plástico para que su hijo pueda competir en las olimpíadas de natación para sordos

Una familia hizo lo imposible para que su hijo pueda seguir entrenando en la cuarentena, cuando el polideportivo donde solía entrenar quedó cerrado.

Deportes

Sebastián Galleguillo tiene 18 años, vive en Florencio Varela y es nadador hipoacúsico.

Sus padres Marta Galleguillo y Edmundo César Hernández le construyeron una pileta de natación con los materiales que tenían a mano: chapas, plástico, troncos de álamo, chapas viejas, un pedazo de la campana de una parrilla, un viejo tanque de agua, dos tambores de metal y 400 litros de agua.

La idea fue de Marta. Cuando vio que el espíritu de su hijo flaqueaba, llamó al entrenador. "¿Cuánto mide un andarivel?", le preguntó. Pergeñaba de qué manera podría hacer que Sebastián pudiera volver a entrenar. Lo habló con su esposo y pusieron manos a la obra.

Elllos tenían unas chapas que sobraron del arreglo de un techo. Usaron unos troncos de álamo para contener las paredes de chapa, que se "panceaban" con el volumen del agua. Los vecinos ayudaron con las lonas. "La primera noche no dormí", contó Edmundo, que con una linterna recorría los 12,5 metros de ida y vuelta buscando una posible pérdida de agua.

Luego, ideó el sistema de calefacción con una serpentina y un horno a leña.

"La garra que le pone Sebastián a todo es impresionante", se emocionó el papá, consultado este martes por Buen Telefe. 

Ver esta publicación en Instagram

La noche comienza a brillar⭐ Genio total @juanironcoroni22 🙌🏻🙌🏻

Una publicación compartida por Sebastian Galleguillo (@sebita_swim) el

Lo cierto es que Sebastián estuvo más de 70 días sin poder entrenar porque la pandemia del COVID-19 cerró todos los gimnasios y clubes. Por eso no pudo asistir a la pileta del Polideportivo Municipal La Patriada de Florencio Varela, en el cual se volvió un talentoso deportista, con gran nivel de competencia. Su desempeño lo puso como candidato para quedarse con una medalla en las Sordolimpíadas de Brasil 2021.

Ahora ya está recuperando el tiempo perdido.

Sus padres, con mucho entusiasmo y esfuerzo, le construyeron su propia pileta para que él pudiera nadar, y le agregaron un horno con ladrillos, para poder calentar el agua con leña.

"Le hicimos la poda a una vecina y nos quedamos con las maderitas", relató Edmundo.

En Buen Telefe, sus padres mostraron cómo es el andarivel de 12,5 metros que armaron con materiales propios y donados, mientras Sebastián "le saca el frío al agua" en lo que es hasta hoy el día más frío del año. Allí a las 9:00 el termómetro marca -3 grados Celsius. Pero a Sebastián no le importa el frío, en un rato ya comienza su entrenamiento.

MIRÁ TAMBIÉN:

En Mendoza ya están habilitados los natatorios privados pero no las duchas y vestuarios

Tras el parate por el coronavirus, Delfina Pignatiello no descarta "dejar de nadar"

Comentarios