Según el sitio Little Things, Bolinha vivía afuera de una estación de servicio desde hacía 12 años, donde los vecinos le daban restos de comida todo el tiempo. Eso le provocó un aumento de peso enorme.
Bolinha no tiene una raza definida. Padecía de obesidad y problemas respiratorios, lo que le dificultaba llevar a cabo las caminatas de un perro normal. Al igual que pasa con los seres humanos, el exceso de peso afectaba todo su organismo y su vida estaba limitada a unos metros cuadrados.
Sin embargo, la vida de este perro cambió cuando fue adoptado después de haber sido abandonado allí por sus propietarios.
Conmovidos por la ternura del can, los nuevos dueños lo llevaron a la Organización de Protección Animal, donde fue bañado por primera vez y los veterinarios le brindaron la atención necesaria.
Su nueva familia le brindó mucho amor, lo ayudó a recuperar su salud y él comenzó a ponerse en forma.
Comenzó a hacer ejercicio en una caminadora en el agua para aliviar la dolor que le causaba el peso en sus articulaciones. Además de los ejercicios fue sometido a una dieta estricta.
La recuperación tardó algún tiempo, pero poco a poco Bolinha comenzó a perder peso. Y en menos de un año, ¡logró perder más de 13 kilos!
Los nuevos dueños de Bolinha lo están ayudando a bajar 6 kilos más para poder llegar a su peso ideal y de esta manera asegurarle una calidad de vida adecuada. Lo que aún no se sabe es si luego de semejante transformación también le cambiarán el nombre.
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