Un niño de Afganistán intentaba evitar con su llanto desgarrador que su padre sacrificase un pavo que iba a ir directo a la cacerola.
El crío intentó incluso quitarle el cuchillo al padre y finalmente se salió con la suya. Agarró el animal, que abultaba casi tanto como él, y lo devolvió al corral.
Comentarios