Las lluvias intensas, así como la ausencia absoluta de ellas, está desafiando a las economías, interrumpen la cadena de producción de alimentos y crean incertidumbre a nivel general.
Todos los extremos son malos, de la inundación a la sequía, en el medio estamos los humanos, que podemos aportar un cambio que haga la diferencia para no agrandar aún más el problema.
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