El comedor Gargantitas de la Villa Zavaleta de Barracas recibe cada vez más gente y le da a comer a 900 personas de lunes a lunes.
Mirta, su dueña, comenzó a observar que desde las cuatro de la tarde se forma una larga fila en la puerta del lugar a la espera de un plato caliente en la cena.
Algunos días la cola supera la media cuadra y quienes van hasta allí dicen que llegan tan temprano por miedo a quedarse sin su plato de comda.
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