Nicolás Berdala haía salido en la madrugada del domingo de una fiesta de 15 cuando al parecer se cruzó con una patota que comenzó a hostigarlo. Un de los integrantes de la banda que lo atacó le arrojó una ladrillo en la cabeza.
Nicolás no perdió el conocimiento, volvió a su casa, le contó lo sucedido a su madre y se fue a dormir. Cuenta la familia que se levantó al mediodía para almorzar pero que volvió a acostarse diciendo que estaba cansado. Nunca más se despertó.
En horas de la tarde los padres lo llevaron a un hospital y luego a un sanatorio privado donde quedó internado en estado de coma.
Un joven de 17 años, identificado como Lucas Núñez, fue detenido como principal acusado de arrojar el ladrillo.
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