Por Augusto Telias
El chofer del colectivo de la línea 31 tuvo ojo clínico, olfato, calle. Dejó a un pasajero en la parada de Camino de la Ribera y Larrazábal, Villa Fiorito. Pero cuando se acercó al micro un sujeto encapuchado, desconfió, aceleró, lo esquivó, y así evitó que subiera quien seguramente iba a asaltarlo.
Ante esa situación, los operadores de las cámaras de seguridad de Lomas de Zamora, alertaron al Comando de Patrullas, y rápidamente llegaron los patrulleros al lugar.
En ese momento, las cámaras registraron claramente cómo el hombre que había querido subirse al colectivo, entregaba un arma a su cómplice, que se asusta por la presencia policial, y la deja caer al suelo.
Los efectivos rápidamente los detuvieron. Y ahí se percataron de la situación: Emanuel Rincoles, de 31 años, le había pasado una pistola calibre 45. Y su cómplice era un adolescente de 15 años.
No fue un detalle menor. Porque con ello intentaba evadir a la policía y a la Justicia, ya que el chico es inimputable.
"El chofer detectó que iba a sufrir un robo, porque con la pandemia, a esa hora, cerca de las 4 de la madrugada, sube poca gente, y son todos conocidos. Es gente que va de Fiorito a Pompeya a trabajar. Personal esencial; enfermeras, personal de seguridad, choferes”, precisó a Telefe Noticias una alta fuente policial de Lomas de Zamora.
"A este hombre no lo conocía, y además, no estaba en la parada. Se acercó cuando vio que el colectivo paraba para que descienda un pasajero, quiso aprovechar esa ocasión", agregó la misma fuente.
El hombre que quiso subir al colectivo, con presuntas intenciones de robo, quedo detenido. El menor de 15 años, por disposición de la Justicia de Responsabilidad Juvenil de Lomas de Zamora, fue restituido a sus padres. La pistola calibre 45 secuestrada tenía tres balas en el cargador.
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