Portada  |  25 noviembre 2019

"Soy secuestrador profesional y trabajo con la policía": el llamado menos pensado

Marina Morbiducci salió de su casa en Ingeniero Maschwitz el sábado a las 11.30 y nadie volvió a verla. En medio de la incertidumbre y la angustia por su desaparición, la familia recibió el llamado de un hombre que dice tenerla secuestrada, por lo que pide un rescate.

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"¡Plata, quiero plata", dijo el hombre del otro lado de la línea en plena cobertura en vivo de todos los medios periodísticos, mientras quien estaba en plena negociación era el hermano de Marina. Los cronistas y los familiares de la mujer no salían del asombro al poner en alta voz el celular y escuchar las exigencias. El hombre pedía un millón de pesos pero terminó aceptando mil dólares. Luego cortó la comunicación.

Según relató uno de sus hijos, quien vive con ella en Ingeniero Maschwitz en la zona norte del conurbano bonaerense, el sábado a las 11 de la mañana se retiró del domicilio hacia San Isidro, donde se encuentran las oficinas de su trabajo.

Allí las cámaras de seguridad la captaron normalmente, sin ninguna actitud sospechosa. Allí, según constataron los dueños del lugar, se quedó entre las 11.30 y las 14.30 para luego dirigirse a un domicilio en Recoleta, donde debía encontrarse con una amiga suya. Allí, nunca llegó pero alrededor de las 12.30 se comunicó con ella y según declara la mujer "la escuchó normalmente".

Al momento de su desaparición, la mujer de contextura robusta y tez blanca de aproximadamente 1,63 metros, vestía una camisa floreada, pantalón oscuros, ojotas verde agua y una cartera. También, según consta en la denuncia realizada por el hijo de la desaparecida, se llevó su documentación y tres mil pesos en efectivo. Hasta el momento, no se sabe nada de ella ni del vehículo donde se trasladaba, un Honda FIT.

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