Portada  |  07 agosto 2019

Socios del Club Gimnasia y Esgrima aprobaron la venta de terrenos en el centro porteño

El tradicional club tiene una deuda multimillonaria con la AFIP y para comenzar a saldarla -o al menos no incrementarla- busca desprenderse de dos enormes predios, uno de ellos su garage, clausurado desde hace un tiempo, a metros del Obelisco. Anoche se llevó a cabo una asamblea general extraordinaria de socios en la que la mayoría aprobó la propuesta oficial de vender parte de sus propiedades.

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Dos tercios de los socios del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) que anoche participaron a puertas cerradas en una nueva asamblea general extraordinaria para tratar la venta de dos edificios linderos a la sede central del club, decidieron otorgarle a la Comisión Directiva las facultades necesarias para que dos de sus propiedades, ubicadas a metros del Obelisco, se vendan lo antes posible.

Se trata de los terrenos sitos en Pte. Perón 1168, 1170 y 1172 y en Bmé. Mitre 1161, 1165, 1169 y 1171, es decir, 2.000 metros cuadrados con salida a ambas calles.

La asamblea contó con apenas 606 de los 13.500 socios que tiene la institución, sin embargo, para el presidente del club, Luis Trimarco -socio de GEBA desde hace 50 años y candidato del oficialismo que en octubre de 2018 ganó las elecciones institucionales-, la asistencia fue importante y agradeció a los presentes el haber participado de la reunión que se extendió por más de dos horas en la sede Gral. San Martín, sobre la Av. Figueroa Alcorta, en el barrio de Palermo, bajo la celosa mirada de representantes de la Inspección General de Justicia (IGJ)

Horas antes ese organismo del Poder Judicial había rechazado un pedido de suspensión de la convocatoria a la asamblea realizada por el socio vitalicio Abraham Arrues, quien argumentó que "la convocatoria adolece de la necesaria información previa para que el socio pueda deliberar y adoptar, con expreso conocimiento de causa, la decisión, que se le solicita". Al convocar a los socios a través de folletería y redes sociales, las autoridades de GEBA establecieron que "los fondos a recaudar no deberán ser inferiores al 50% del promedio de las 3 cotizaciones obtenidas hasta la fecha de realización de la Asamblea General Extraordinaria y que serán presentadas al socio durante el desarrollo del referido acto".

"Vender las joyas de la abuela no es la solución para hacer frente a la deuda que dejaron años de mala gestión y crisis económica" era la conclusión a la que llegaban los socios que se opusieron a la posibilidad de que el histórico club venda dos de sus edificios céntricos. Por la polémica generada durante la primera convocatoria para tratar el mismo tema en abril del año pasado, la anterior gestión levantó la asamblea en medio de gritos e insultos. Aquella asamblea, que sí se llevó a cabo en la sede legal del club, quedó entonces en suspenso.

"Un martes de noche en invierno, la sede de Palermo no es el lugar más adecuado ni amigable para hacer una asamblea. No hay transporte y es alejado de los lugares de vivienda. Mucho menos si el tema central es de otra sede que muchos socios que allí concurren casi ni conocen", indicó hace unos días el socio Víctor Ruíz a las autoridades. El club, que acumula un pasivo fiscal de 160 millones de pesos y que tiene un déficit financiero de 5 millones mensuales, dispuso de micros para el traslado de socios hasta la sede palermitana.

En los 130 años de historia de GEBA, ninguna asamblea fue llevada a cabo fuera de la sede social -tal como indica la ley-, sita en Bmé. Mitre  1165. "No se explica el cambio de la sede a un anexo, para llevarla a cabo. En el acta de la convocatoria no se señalaba ningún motivo ni causa valedera para mudar la asamblea", explicó Arrues.

Esta vez, los 226 opositores a la propuesta oficial no lograron que su club conserve los terrenos, valuados en 4,5 millones de dólares, porque 380 votaron a favor de la venta.

Uno de los oradores, el ex candidato a presidente Néstor Guerra, sorprendió a la audiencia al mencionar una propuesta inmobiliaria concreta de parte de un inversor: "Serían más de 9 millones de dólares para el club". Sin embargo, Trimarco dudó y quitó seriedad a sus dichos: "Este señor tiene el CUIT inhabilitado". 

Ahora el club busca en el mercado inmobiliario "una novia", tal como describió el vicepresidente del club, Leonardo Cortigiani, al candidato inversor que compre o ingrese en el fideicomiso que planea armar la Comisión Directiva.

En tanto, con el dinero que pudiera ingresar por la venta, las autoridades prometen no solo pagar parte de la deuda fiscal y lograr en el plazo de un año o año y medio un equilibrio financiero, sino también lograr una reestructuración operativa y mejorar las actuales instalaciones.

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