Portada  |  18 octubre 2018

Los tíos de Sheila confesaron el crimen: "Tomamos droga y alcohol"

Se trata de Leonela Ayala y Fabián González quienes admitieron que estaban bajo efecto de estupefacientes. Dijeron que no saben "qué pasó".

Actualidad

Luego de conocerse el crimen de Sheila Ayala, los tíos de la nena de 10 años que estaba desaparecida desde el domingo confesaron a la policía el asesinato. Se trata de Leonela Ayala y su pareja, Fabián González. “Tomamos drogas y alcohol y no sabemos que pasó”.

La mujer, que está embarazada, hermana del padre de la víctima, había hablado con El Noticiero de la Gente y había dicho que la madre de Sheila tenía problemas de drogas, para encubrir el crimen. “Ella hacía entrar drogas a la comisaría”. Luego, desentendiéndose por completo del asesinato, había dicho: “De parte de nosotros no tenemos no tenemos ajustes con nadie ni un problema con la Justicia”.

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En su departamento, se encontraron bolsas y cintas sobre un colchón, compatibles con la que el cadáver de la menor fue envuelto. Los autores del crimen fueron detenidos por la DDI de San Miguel. Su confesión tendrá que ser reiterada ante los investigadores del caso en la Fiscalía Nº20 de Malvinas Argentinas para que tenga algún tipo de validez.

Sheila Ayala fue encontrada muerta este jueves por la tarde dentro de una bolsa de basura en una medianera lindera al predio en el que vive el padre. Según confirmó ante la prensa el comisario mayor Jorge Figini, titular de la Superintendencia de Investigaciones, "el cuerpo que fue encontrado es el de una menor y estaba dentro de una bolsa en un lugar muy pequeño donde había mucha basura".

Indicó, además, que el lugar del hallazgo es contiguo al predio usurpado en el que viven más de 50 familias, entre ellas, el padre de Sheila. 

Tras conocerse la noticia, vecinos de la niña comenzaron a tirar piedras contra los efectivos policiales que trabajaban en el lugar por lo que la Policía comenzó a disparar balas de goma para dispersarlos.

Los vecinos reaccionaron con vehemencia al confirmarse el hallazgo y cuestionaron tanto a la policía -por entender que demoró varios días en revisar el predio- como a la familia de la menor, ya que existiría responsabilidad de algún miembro de ella en el caso. La violenta reacción vecinal derivó en la llegada de efectivos antidisturbios de la Guardia de Infantería, que tomaron posiciones para custodiar el perímetro del predio.

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