Portada  |  27 marzo 2017

Se movilizan por la donación de médula ósea y la creación de un laboratorio de alta complejidad

Desde "El Ejército de Alejito", Gabriela Peirano, mamá de un pequeño de 8 años que murió de leucemia el año pasado, convoca a una movilización este miércoles a las 17:00 al Congreso de la Nación, el día en que su hijo cumpliría años. El Incucai necesita un laboratorio de tipificación que cuesta 2 millones de dólares.

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"El 29/3 Alejito cumple 9 años y quiere verlos desde el cielo honrando su vida para saber que su lucha no fue en vano! Necesitamos a todos presentes!", invita Gabriela Peirano desde la página de Facebook de la fundación que creó tras la muerte de su hijo para crear conciencia de la importancia de la donación de médula ósea y de la necesidad de un laboratorio de alta complejidad en la Argentina. Allí se suman los famosos para difundir el evento, que promete ser masivo.

Alejo Trani, un niño fallecido el año pasado luego de luchar tres años contra la leucemia, hubiese cumplido 9 años el próximo miércoles. Su mamá llama a participar de la marcha llevando "globos naranjas en lo posible con helio para la suelta de los mismos y carteles".

Durante la concentración repartirán volantes explicando de qué se trata la donación y hablarán una técnica y una médica del servicio de Hemoterapia del Hospital Posadas.

"Mientras estuvo enfermo, siempre busqué la forma de seguir con la vida que teníamos y por eso siempre se lo festejé. Este año me pareció que la mejor manera de honrar su lucha es estar todos juntos, familiares y amigos, con el mensaje de que 'Donar médula salva vidas'", dice.

La jornada que planea Gabriela tendrá de todo. Habrá murgas, grupos de percusión, una suelta de globos y payamédicos. "Para alegrar su cumpleaños porque no voy a dejar de festejarlo como siempre lo hice", asegura. 

Después de realizar más de 10 campañas en distintas instituciones del conurbano bonarense que dieron como resultado más de 100 nuevos donantes inscriptos, Gabriela decidió que "su primer cumpleaños sin él" no pasaría desapercibido.

"Necesito que ese día me encuentre luchando. No puede volver a pasarle a una madre que se quede con la incógnita de si había un donante compatible", señala Peirano.

Cada año a cientos de personas se les diagnostican enfermedades hematológicas que pueden ser tratadas con un trasplante de médula (con donante vivo), pero sólo entre un 25 y un 30 por ciento encuentra un donante compatible en su grupo familiar.

Tiempo después del fallecimiento, Gabriela se enteró de que el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) del Incucai, donde se inscriben los donantes voluntarios de médula ósea, lleva años de atraso administrativo.

Y ese atraso tiene que ver con el hecho de que en Argentina no existen laboratorios que analicen el código genético del donante para evaluar la compatibilidad con los posibles receptores. Las muestras deben enviarse a Estados Unidos para cumplir ese paso del proceso. "Hay más de 90 mil donantes no registrados. Tengo mucha bronca porque ahí podría haber estado el que salvara a mi hijo", se lamenta Gabriela.

"Después de lo que pasé, me enteré de que hay miles de personas que expresaron su voluntad de ser donantes y no aparecen en el Registro porque el estudio de tipificación de células madre lleva varias etapas y la última se hace en Estados Unidos porque acá no hay un laboratorio de alta complejidad", dijo.

La mujer explicó que hay varios proyectos presentados en el Congreso para la construcción de ese laboratorio, que tiene un costo de dos millones de dólares y que permitiría “poner al día” al Registro, incorporando a esas personas cuyas muestras aún no fueron procesadas.

Tampoco puede pasar, claro, que el número de donantes siga manteniéndose en cifras modestas. Es por eso que Gabriela remarca que el proceso de donación de médula ósea no es engorroso ni doloroso. "Lo que donás es sangre, sólo necesitan las células madre. Estás sentado mirando la tele durante el proceso", relata.

"A mí me deben la vida de mi ángel, porque nunca voy a poder saber si en esos 90.000 no estaba su alma gemela", subraya.

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