Se estima que unos ocho millones de residuos plásticos van a parar a los océanos a diario. Así, parece que lo más sencillo para reducir la huella de plástico es acostumbrarse a utilizar una botella reutilizable.
Sin embargo, esta decisión sostenible viene acompañada de un gran asterisco. Si bien resulta más favorable para el planeta invertir en una botella reutilizable, de no limpiarla adecuadamente, se corre el riesgo de acumular microbacterias peligrosas.
El científico Andrew Singer señala que en estas botellas suele generarse una combinación de bacterias "orales" y "medioambientales", como virus, que se quedan en la botella si no se limpia con regularidad.
Por si fuera poco, también existe la posibilidad de que se acumulen bacterias E.coli en las botellas reutilizables, advierte Singer. Esto suele deberse a una mala higiene personal, como no lavarse las manos después de ir al baño e incluso llevar la botella al baño.
En definitiva, aunque una botella sea reutilizable, no se limpia por sí misma. Es indispensable limpiarla a diario, al igual que se hace con la cubertería, la vajilla o las tazas. Después de usarla, es un error dejarla en la mesa y simplemente llenarla para su próximo uso.
La mayoría de marcas de botellas reutilizables aconsejan usar agua con jabón para limpiar las botellas (no todas son aptas para lavavajillas). También se pueden emplear otras sustancias, como el bicarbonato de sodio —un agente de limpieza sostenible maravilloso— o el vinagre. Basta con mezclar un vaso de agua con una o dos cucharadas de vinagre blanco y dejar la mezcla reposar en la botella durante una noche.
Respecto a las herramientas de limpieza más aconsejables para deshacerse de las bacterias, es recomendable utilizar un bastoncillo de algodón o un limpiador de pipa. Algunas marcas también venden cepillos específicos para limpiar las botellas.
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