Sergio López Mandri decidió enseñar a los demás desde su propia experiencia de vida. Nadie le contó lo que implica robar y drogarse porque es parte de su historia. Ahora sabe que su ejemplo es la fuerza que logra sacar a los chicos del mal camino y ponerlos a salvo de la delincuencia.
Para poder hacer que los pibes del barrio salieran del círculo vicioso que implica robar y drogarse tuvo que ordenar sus ideas y comenzar con el proyecto comunitario de la cooperativa. Debía sentirse parte de algo para que tuviera sentido estar alejados de todo eso que, tarde o temprano, los llevaría a la cárcel como le había pasado a "El Torta".
Lento pero seguro, el barrio empezó a mirar al proyecto comunitario como una gran oportunidad para que los chicos salieran de todo lo malo. Empezaron por sacar la basura del barrio, después a pintar murales, formar equipos de fútbol y tomar conciencia que delinquir no lleva a ningún lado.
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