Portada  |  23 julio 2018

Naranja, el color del nuevo debate

La actriz Verónica Llinás portó en su cuello un pañuelo naranja en el último programa "PH, Podemos Hablar" (Telefe), donde explicó que representa el apoyo por la separación entre la Iglesia y el Estado. A su lado, Catherine Fulop también llevaba el pañuelo en su muñeca. Un repaso por el significado de los colores de los pañuelos en Argentina y el mundo.

Actualidad

Por Adriana Sandro*

El pañuelo naranja fue lucido el sábado por la noche no sólo por Verónica Llinás, sino también por Catherine Fulop, sentada a su lado. Su intención era promover la separación entre la Iglesia y el Estado. Ambas actrices coincidieron en que la Iglesia influye en las decisiones de los gobernantes. “Este es un estado laico, pero no está sucediendo. Los gobernadores ceden a las presiones”, dijo Llinás durante el programa PH.

“Es una discusión necesaria esta separación. La Iglesia católica y la evangelista han arremetido con una fuerza tan violenta en el debate sobre la legalización del aborto que me hace pensar en los peores momentos de la Iglesia”, agregó la actriz.

El color es una experiencia visual, una impresión sensorial que recibimos a través de los ojos. El mundo que nos rodea se nos muestra en color. ¿Qué sería del arte sin la influencia de los colores? El pintor francés Marc Chagall ya se refería a “todos los colores como amigos de sus vecinos y amantes de sus opuestos”. Una idea constructiva desde lo social que invita a aceptar la diferencia y aprovechar aquello diferente para sumar a cada lucha. Así es que cada reclamo tiene un color en nuestra historia, que está llena de símbolos. En la historia argentina en particular la implicancia de los pañuelos funcionó como símbolo de representación de lucha y de movilización social en diferentes momentos de crisis o cambios de paradigma atravesados por el pueblo.

Revolviendo en el archivo de sus orígenes, el pañuelo comenzó a ser usado para representar la promesa Scout, el haberse comprometido con sus ideales y la promesa de comportarse como un verdadero Scout. Es un pañuelo de forma triangular que se enrolla y se coloca encima del cuello de manera que el vértice queda hacia atrás. Se une con un pasador, que recibe un nombre determinado: woggle. Actualmente, se puede usar así o colgado de la mochila o cartera o enrollado a la muñeca o en la cabeza como las Madres de Plaza de Mayo. De la manera que se desee, lo importante no es la forma, sino simplemente mostrarlo para visibilizar la lucha de la asociación, federación o grupo al que cada cual se sienta representado por la ideología.

Los colores de las luchas

El pañuelo blanco es un símbolo de las Madres de Plaza de Mayo. La primera vez que se colocaron un pañuelo blanco sobre sus cabezas, como una forma de protesta, fue durante la última dictadura militar argentina (1976-1983) para reclamar la aparición con vida de sus hijos. Una de ellas propuso utilizar un pañal de tela de sus hijos, un valioso recuerdo que conservaba cada madre, para reconocerse durante la marcha. El pañal se convertiría posteriormente en un pañuelo, símbolo mundial de coraje y amor.

Estela de Carlotto, presidenta de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo explica que: “El pañuelo es símbolo de los 30.000. El pañuelo es lucha”.

El verde, en tanto, apoya la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. “Es un color que tiene que ver con la vida: lo usa el ecologismo y algunos profesionales de la salud, pero al mismo tiempo es un color que no refleja identidades partidarias”, dice Marta Alanís, fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir Argentina.

El violeta representa la lucha contra la violencia de género. Ni una menos. Pero la asociación del violeta con la lucha feminista data de mucho antes. Existe una leyenda que lo vincula con el color de las camisas que fabricaban las shirtwaists, 146 mujeres que murieron calcinadas en un incendio que se produjo en una fábrica textil de Estados Unidos en 1911. Hay una versión de los hechos en la que le atribuyen la responsabilidad al propio jefe que, ante una huelga de las trabajadoras reclamando por mejores condiciones laborales, prendió fuego al edificio con todas ellas dentro.

El celeste lo llevan puesto quienes se proclaman en contra de la legalización del aborto, son quienes también se conocen como “pro vida” y usan el eslogan “salvemos las dos vidas”. La vicepresidenta de +Vida, Ayelén Alancay, en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas cuenta que "el color celeste tiene que ver con una movida a nivel nacional”.

El morado está asociado a la lucha feminista y a una mezcla que apoya la igualdad de género, ya que es un mix de los colores rosado y azul, asociados tradicionalmente a cada uno de los géneros.

Los pañuelos con los colores del arco iris son los protagonistas en las Marchas del Orgullo LGBTIQ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer), para celebrar las diferencias y el respeto al otro, reclamar derechos y visibilizar problemas de las minorías.

En la historia de la psicometría, diversos test psicológicos han incorporado la dimensión del color como una variable para determinar la personalidad, deseos y modalidad de expresión de los conflictos de las personas examinadas (Test de Rorschach, Test de Relaciones Objetales, etc).

“Los colores nunca han sido inocentes para la especie humana, siempre han estado vinculados fuertemente con las emociones y fueron un elemento más para leer la realidad que nos circunda”, explica a telefenoticias.com.ar el Lic. Marcelo Caputo, presidente del Capítulo de Psicología Positiva y Mindfulness de la Asociación Argentina de Salud Mental.

Adriana Sandro es periodista en Telefe Noticias y Lic. en Psicología - MN 53315   

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