Portada  |  12 septiembre 2018

La historia de Gonzalo no es ficción pero es igual a la de Juan

Gonzalo nació como Verónica. Vive con su familia en Ituzaingó y todas las noches mira la tira de Telefe en la que Maite Lanata interpreta a un chico trans y no puede más que emocionarse. Es que su vida es, en muchos aspectos, un espejo del personaje de Juan y se anima a contarlo.

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Verónica lo llamaron cuando nació hace 27 años atrás. Su ropa era de nena, sus juguetes, todo de color rosa. Pero nada de eso parecía ser apropiado, nada le gustaba, simplemente no se sentía identificada con las cosas que la rodeaban. Sólo que aún no podía entenderlo, menos enunciarlo.

Gonzalo se siente varón desde que tiene memoria. Antes de entrar en la adolescencia, tanto en la escuela como con sus amigos, le gustaba jugar al fútbol, a los autitos, nada que pudiera compartir con el resto de las nenas de la cuadra.

Le costó mucho poder entender que lo que le estaba pasando era algo natural y que debía hablarlo. Fue un largo camino hasta que pudo definir su identidad, cambiar su nombre, buscar entenderse en ese cuerpo que no le causaba comodidad. Quizás haya sido su hermana la que primero pudo leer algo de todo eso que le pasaba y sin dudas logró ayudarlo para dar los pasos que seguirían hasta llegar a poder convertirse en Gonzalo.

En 2015 tomó la decisión de empezar a transitar el camino que le permitiera estar cómodo con su cuerpo. Desde hace 6 meses está bajo un tratamiento hormonal para desarrollar sus rasgos masculinos y ya consultó con un médico para poder remover sus glándulas mamarias.

En su DNI se lee su nombre: Gonzalo Emanuel.

Gonzalo se hizo fan de "100 días para enamorarse" porque se siente identificado con la historia de Juan. Para él, es casi un espejo de su historia personal y nos cuenta la emoción que sintió con algunas escenas, como cuando Maite se cortó el pelo, o los momentos en los que sus compañeros lo cargaban. Para Gonzalo que esta ficción llegue a la pantalla de TV en un horario central e interpretado con tanto respeto.

Si bien su hermana y su madre lo apoyan desde siempre, su papá aún está asimilando esta nueva realidad. Una que supo construir a base de honestidad y coraje.

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