Portada  |  21 noviembre 2019

Internos de la Unidad 47 harán material en sistema Braille para personas con sordoceguera

Con el apoyo de la Fundación Espartanos, los reclusos de la Unidad 47 de San Isidro que participan del Taller de Braille fabricarán una imprenta para publicar material para personas con discapacidad visual. Para entender qué significa no ver, asistieron a una charla de Guido Fernández Cornide, autor del libro "Abrir los ojos", invitado por la Institución Fátima.

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El Taller de Braille comenzó en la Unidad 47 de San Isidro -dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense- en abril de 2018, a través de un proyecto presentado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, mediante la Editora Nacional de Braille y Libro Parlante.

Allí los reclusos transcriben, encuadernan y restauran material en Braille

En ese taller, que tiene lugar en la Sala de Informática y Medios Audiovisuales del Establecimiento Educativo de la unidad penitenciaria, veinte internas e internos aprenden a producir material en sistema Braille. Para ello cuentan con 10 computadoras desktop donadas por Fundación Equidad, 6 licencias oficiales del programa EBrai -un programa informático para la edición de textos en sistema Braille- proporcionadas por el Centro de Investigación de la Fundación española Once, pizarras, punzones y papel manila proporcionados por la Editora Nacional de Braille y material didáctico, educativo y literario para transcribir a Braille.

Con intención de darle un buen uso al trabajo producido en el taller, a través de la Fundación Espartanos se vincularon con a Institución Fátima, que trabaja con personas con sordoceguera y discapacidad múltiple, para donarle materiales didácticos en sistema Braille.

En el marco de esa interrelación, el martes pasado el ex productor de Telefe y colaborador de Institución Fátima Guido Fernández Cornide compartió con los integrantes del taller su testimonio, su historia de sordoceguera en primera persona.

El encuentro fue muy movilizante para los participantes: la historia que Guido expuso -la de su vida, que un día despierta ciego y sordo tras una meningitis que lo dejó al borde de la muerte, y que él plasma en su libro "Abrir los ojos"- permitió a los internos tener una nueva mirada sobre el trabajo que realizan, tan útil para las miles de personas con discapacidad visual.

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