Portada  |  27 febrero 2019

El dramático relato de la médica que le hizo la cesárea a la nena violada en Tucumán

Cecilia Ousset contó que debido a que el resto de los médicos se declararon objetores de conciencia, debió oficiar de instrumentadora ya que la menor podía morirse. Cuestionó que la falta de asistencia psicológica y acusó al Sistema de Salud Provincial de "torturarla".

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Cecilia Ousset es la médica católica tucumana que hace un año atrás se había manifestado a favor de la legalización del aborto, en una carta que publicó en redes sociales y que tuvo amplia repercusión. Ahora su nombre volvió salir a la luz ya que fue quien le realizó junto a su marido la cesárea a la nena de 11 años embarazada producto de una violación. 

El caso cobro repercusión en todo el país, debido a que la menor llegó a fines de enero al hospital por un dolor de panza y allí fue cuanto contó que había sido abusada por la pareja de su abuela, un hombre de 65 años. En ese momento sólo tenía 19 semanas de gestación.

Finalmente, anoche la nena fue intervenida y fue Ousset quien dio detalles del proceso que calificó de “tortura” dado que el Sistema de Salud Provincial dilató un mes el proceso para que avanzara con la gestación, sin posibilitarle el aborto legal contemplado por el Código Penal en estos casos y respaldado por el fallo FAL. La práctica debería haberse practicado en menos de 48 horas, tal como está estipulado por ley.

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Luego de relatar por Radio Nacional de Tucumán que la llamó el doctor Gustavo Vigliocco, secretario de Salud de la provincia, Ousset contó que decidió presentarse junto a su marido José Gigena en el Hospital del Este. Ni bien entró a la habitación vio que la nena estaba sentada en la cama y jugaba con unas muñecas. “Cuando la vi se me aflojaron las piernas porque fue como ver a mi hija menor”, dijo con la voz entrecortada. 

"Habían dicho que la nena pesaba más de 50 kilos, les aseguro que era un cuerpo totalmente infantil", siguió. La nena –según contó la médica– no soltaba la mano de su mamá. "Todo el tiempo decía mamá, mamá". Así fue como decidieron explicarle lo que en los próximos minutos sucedería. La pequeña fue al baño y en ningún momento dejó que le quitaran su ropa interior, ni siquiera cuando estaba anestesiada en el quirófano. Una vez allí todos los integrantes del quirófano del hospital –tanto la instrumentadora, el anestesista y la enfermera– se declararon objetores de conciencia.

"Estábamos solamente mi marido y yo y la chiquita esperando que le solucionen este salvajismo que ha sido obligarla a gestar". Es por eso que fue la propia médica que con la ayuda de una anestesista de la Maternidad que debió tuvo que instrumentar la cirugía, mientras su marido realizó la interrupción voluntaria del embarazo (ILE). “Empezamos la cirugía con una presión arterial de 120, por lo tanto, si esto se prolongaba podía derivar una preclancia y corría un serio peligro de su vida. Ayer se salvó la vida de una nena de 11 años que fue torturada por un mes por el Sistema de Salud Provincial”.

Aunque la médica se había declarado objetora de conciencia, al momento de la intervención no tuvo otra opción, dado que corría riesgo la vida de la menor y todo el resto de los que debían participar del proceso se negaron. Ousset cuestionó la falta que asistencia psicológica y aseguró que, dado que tenía preclamsia, nunca hubiera llegado al noveno mes de embarazo. Por eso resaltó que gracias a que se avanzó con el procedimiento, se le salvó la vida.

La nena, que se encuentra recuperándose, tuvo dos intentos de suicidio y en todo momento había clamado no avanzar con la gestación. El pedido de aborto se lo había expresado a la psicóloga del hospital, a quien le había dicho que por favor le sacaran "esto que me puso adentro el viejo", al aludir al abuso que su sufrió. 

Ahora luego de la cesárea el caso quedó en el centro de la polémica, dado que una cesárea no es una ILE sino una forma de parto, denunciaron desde Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes). Por su parte la médica pidió "defender los derechos" de la menor, que "ya fue vulnerada varias veces". 

Tal como publica el diario Página/12, dos organizaciones denunciaron que la menor no sólo no recibió la atención adecuada, sino que además "el sistema de salud no escuchó ni respetó la clara voluntad de la niña de interrumpir el embarazo en curso, no consideró el consentimiento informado de la adulta acompañante además de asustarlas, engañarlas, perseguirlas, amedrentarlas judicialmente y castigarlas”.

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