En medio de la conmoción por el hallazgo sin vida de Sheila Ayala, la nena de 10 años que se encontraba desaparecida desde el domingo en un barrio de San Miguel, muchos recordaron el caso Candela Sol Rodríguez, que desapareció de su casa en Hurlingham el 22 de agosto de 2011 hasta que el 31 de ese mismo mes fue encontrada muerta por asfixia.
Las primeras informaciones indican que el cuerpo de Sheila fue encontrado en la casa de uno de sus tíos. Luego de conocerse la noticia hubo incidentes entre la policía y familiares de la menor. Horas antes, dos tíos de la nena –desaparecida desde el domingo– fueron llevados a la comisaría. La causa está en manos de la Fiscalía Nº20 de Malvinas Argentinas.
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Previo a ello, los padres de Sheila habían sido imputados ya que se hallaban en una disputa legal por la tenencia de la menor. En las últimas horas, llegó a la Fiscalía Nº 20 de Malvinas Argentinas un informe que detalla que hace pocas semanas el padre de Sheila obtuvo la tenencia legal de la nena junto a la de sus otros hermanos. Además, había conseguido que desde ANSES le depositen a él un plan social que cobraba Yanina.
Previo a la desaparición de la nena, una pelea desató la furia de la madre. "La madre me dijo que me iba a hacer algo que no me iba a olvidar, pero yo no le di importancia porque siempre amenazaba con lo mismo", señaló Juan Carlos, el padre de Sheila, en su declaración. Una de las hipótesis es que la madre podría haberse llevado a su hija como "un ajuste de cuentas" por presuntos negocios narco en la familia.
Tanto el padre como el resto de la familia, denunciaron ante la fiscalía y a los medios de comunicación, que la madre estaría involucrada en la venta de estupefacientes, y que la desaparición de Sheila podría ser una vendetta por una presunta deuda narco.
En el caso Candela, la principal trama luego de la aparición del cuerpo sin vida fue un ajuste de cuentas con su familia de parte de una banda de piratas del asfalto, delito por el cual su padre pagaba una condena en aquel 2011.
LA BÚSQUEDA DE SHEILA
Más de 150 policías, helicópteros, 30 perros y varias camionetas de la Policía bonaerense buscaron intensamente a Sheila. El Ministerio de Seguridad bonaerense había ofrecido en las últimas horas una recompensa de 500 mil pesos a quien pudiera aportar información sobre el paradero de la menor.
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