Portada  |  15 marzo 2016

Clan Puccio: habla la víctima que no fue

El ex Puma y jugador del CASI también habló del dolor que el suceso causó en el club y la otra cara de Alejandro Puccio, de quien afirmó que "además de un asesino, fue un traidor". Telefe Noticias también habló con el juez Alberto Piotti, que condenó al clan.

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Cuando el 31 de agosto de 1985, el Club Atlético de San Isidro (CASI) salió campeón de rugby no hubo festejos. El wing del equipo, Alejandro Puccio -hijo de Arquímedes- había sido detenido días atrás acusado de forma parte de una banda de secuestradores. La historia finalizó como una de las más terribles del crimen argentino. Ahora, con la aparición del libro de Rodolfo Palacios y la película "El clan", volvió a salir a la luz en algo más que recuerdos.

En el diario La Nación se publicó una entrevista con Eliseo "Chapa" Branca, ex jugador de aquel equipo del CASI y compañero de Alejandro Puccio, y el hombre dejó, 30 años después, un relato crudo y esclarecedor desde su posición de coprotagonista indirecto e inconsciente de la historia: "Cuando fui a jugar la semifinal me dijeron que Alejandro estaba detenido. Yo pensé que era por un accidente de tránsito o algo así. No había Internet, así que mucho no se sabía. Durante ese partido, alguien del público nos empezó a gritar 'secuestradores, secuestradores'. Yo no entendía por qué", recuerda Branca.

"Días antes de la final del 85, el "Rata" Vergara, que era penalista, nos dijo que no nos preocupáramos. Que Alejandro iba a salir de la cárcel e iba a jugar con nosotros. Pero no fue así", cuenta.

Su relación con Alejandro Puccio: "Pasábamos mucho tiempo juntos. Viajábamos mucho. En Sudáfrica, por ejemplo, compartimos el día a día. Compartí con él mis sueños, mis valores, mi forma de ser".

"Nunca imaginé lo que era Alejandro en realidad: un monstruo, un asesino, un traidor", lamenta Branca, que en aquel momento lo visitaba en la cárcel hasta que un amigo le advirtió que se alejara de Puccio: "Me dio mucha bronca que lo juzgara, empezamos a discutir, hasta que me dijo: 'Pará un poco, no sé por qué lo defendés tanto, si vos estabas en la lista'. Me quedé helado".

Branca se enteró así que estaba en la lista de futuras víctimas del clan. "Mi viejo en ese entonces tenía mucha plata. No es raro que hayamos estado en la mira de esos secuestradores", confiesa. "Desde ese día no me acerqué más a Alejandro. Nunca me recuperé de ese golpe".

"Nunca pudimos digerir todo esto. Por eso en el CASI no se habla del tema", dice. "Para nosotros todo esto despierta un muerto. También fuimos víctimas. No creo que nadie se imagine el dolor que nos causó".

"En el rugby se inculca amor, educación, compañerismo. Pero nunca supimos nada de los quilombos que tenía Alejandro en su casa. Si hubiera dicho algo, le hubiéramos tirado una soga. Lo hubiéramos ayudado a salir. En lugar de eso, nos involucró a todos en esta mugre. ¿Cómo pudo Alejandro mantener esa imagen falsa todos esos años? Me duele mucho y me dan ganas de llorar cuando pienso en eso".

"Para los que estábamos en el CASI no pasó el tiempo. No pudimos cerrar la herida. Como equipo, le dimos todo a Alejandro para que no sea lo que fue. Además de asesino, fue un traidor. No entendió nada de lo que le enseñó el rugby", agregó.

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