Las recomendaciones son:
1. Proteger adecuadamente escuelas y otros entornos frecuentados por niños y adolescentes garantizando que sean libres de promoción y/o venta de productos perjudiciales para la salud.
2. Regular el etiquetado frontal de los alimentos y bebidas para identificar con claridad aquellos que sean altos en sodio, azúcares libres y grasas.
3. Establecer impuestos especiales para alimentos y bebidas de bajo valor nutricional, y subsidios para alimentos naturales, en especial frutas y verduras.
4. Complementar todas las políticas con comunicación masiva y campañas de educación nutricional.
5. Combinar impuestos a productos de bajo aporte nutricional con subsidios a alimentos naturales.
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