Portada  |  08 abril 2016

La historia del hombre que creó una mujer robot igual a Scarlett Johansson con la que vive

El diseñador gráfico Ricky Ma es noticia en el mundo por crear de un robot tamaño natural (increíblemente realista) que se parece a Scarlett Johansson. El hombre lleva gastados miles de dólares pero su felicidad, dice, los merece.

Tecno

El robot casero puede imitar un conjunto limitado de movimientos humanos utilizando su cabeza y las extremidades, e incluso responder a un conjunto de comandos verbales programados. Su creador incluso le "enseñó" a guiñar el ojo, y a decir “gracias” cuando la felicitan por su aspecto.

Ricky Ma creció viendo películas de animación protagonizadas por robots, por eso su sueño era fabricar uno. Y ahora, a los 42 años, se las ingenió para hacer precisamente eso, trabajando desde el balcón de su casa de Hong Kong. En el proceso tuvo que aprender todo lo relacionado con la robótica desde cero, y gastó más de 50.000 dólares en la construcción de su primer prototipo femenino.

"Cuando era niño me gustaban los robots", dijo. "¿Por qué? Porque me gustaba la animación. A todos los niños nos encantaba. Estaban los Transformers, dibujos animados de robots que luchan entre sí y juegos de robots".

Pasó varias horas de soledad educándose a sí mismo sobre temas como el electromagnetismo, programación, anatomía, e incluso arte. Construyó el 70 por ciento del cuerpo del robot utilizando una impresora 3D, y a través de ensayo y error, superó varios obstáculos como motores eléctricos quemados, o que el robot se cayera.

A pesar de que hizo su primer robot a semejanza de Johansson, con el pelo castaño oscuro y ojos verdes, decidió no ponerle su nombre, y eligió llamarlo "Mark 1" en su lugar.

Vestido con una falda gris y una blusa entallada blanca, Mark 1 es capaz de hacer movimientos simples, con sus brazos y piernas, girar la cabeza, el arco de la cintura, e incluso replicar expresiones faciales. Como respuesta al comentario “Mark 1, eres tan hermosa”, está programado para sonreír, guiñar un ojo, y decir, “jeje, gracias”.

Ricky dice que no todo el mundo es capaz de entender su obsesión por los robots. "Durante este proceso, mucha gente decía cosas como:” ¿Sos estúpido? Esto lleva mucho dinero. ¿Al menos sabés cómo hacerlo? Es muy difícil", contó a los periodistas el hombre que no se dio por vncido y cumplió con el sueño de su vida. 

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