Emelle Lewis es una joven británica de 22 años que sufría anorexia y asegura, salvó su vida gracias a Instagram: fue en la red social donde conoció los testimonios de otras chicas que pasaron por situaciones similares a la de ella.
A los 15 años, empezó a sentirse “gorda y fea" entre sus compañeros de colegio. Se obsesionó con perder peso al punto de reducir su precaria dieta a pasteles de arroz, barras energéticas y ensalada.
Esa alimentación le provocó que su piel quedara pegada al esqueleto. Lewis llegó a pesar 31 kilos y sólo vestirse con ropa de niños.
La joven fue hospitalizada siete veces y tuvo muchas recaídas. Incluso recuerda el día que la situación llegó al límite: "Recuerdo haberme acostado en la cama sintiéndome como si realmente me estuviera muriendo y dándome cuenta de que no había logrado nada en mi vida, que esa no era la manera en que mi historia debía terminar".
Pero la motivación que necesitaba llegó después de conocer testimonios de chicas que habían vivido lo mismo que ella y lo compartían en las redes sociales.
En ese momento le dijo a su madre que quería empezar a entrenar con pesas y volvió al gimnasio para recuperar su masa muscular.
Actualmente, Lewis pesa 60 kilos y come 6 veces al día, en una dieta de 2.800 calorías, según informó Daily Mail.
Si bien reconoce que los fantasmas de la enfermedad la visitan con frecuencia, tiene siempre presente un pensamiento: "La vida es muy corta y solo vivimos una vez, no desperdicies tu vida siendo controlado por un trastorno alimentario".
Lewis da un consejo para todos los que están pasando por una situación similar: "Encuentra algo que te apasione, algo que puedas trabajar y enfoca todo su tiempo y energía para lograrlo. Ama a tu cuerpo por lo que es, porque un día no tendremos uno".
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