Alyssa Figaro no estaba conforme con su aspecto y los problemas de salud que le ocasionaba el exceso de peso. En 2014, durante una fiesta, sintió vergüenza e hizo un "click" que le cambió la vida.
De acuerdo con la joven, otra de las principales motivaciones que tuvo se relacionan a sus padres, quienes trabajan en la industria del fitness.
"Quería hacerlos sentir orgullosos. Hice muchos intentos, pero fallé más veces de las que puedo contar, para ser sincera", admitió.
Entonces, su primera determinación fue la de empezar a moverse más y contrató a un entrenador personal. Las rutinas de gimnasio se extendieron durante cinco días por semana. Con el tiempo, a las sesiones de cardio le sumó un complemento de pesas.
Sin embargo, lo más importante fue el cambio en su alimentación. Desde el principio, apuntó a un plan moderado, sin establecer jamás un plan de dieta específico.
"Mientras miraba hacia atrás, me daba cuenta de que ´pecaba´ más si restringía los alimentos que más me gustaban. Soy humana, así que si quiero comer papas fritas con salsa, lo haré, con moderación y siempre volviendo al plan al día siguiente", explicó Alyssa.
Al año y medio de ejercicios y alimentación moderada ya había perdido 47 kilos. El exceso de piel la llevó a pasar por el quirófano, donde le sacaron 4,5 kilos del abdomen y las axilas.
"Los resultados hicieron que todo el proceso valiera la pena, incluso las cicatrices", comentó.
En la actualidad Figaro no abandona su rutina de gimnasio y, a tres años del inicio de su plan, adelgazó 61 kilos.
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